He visto ante la Crisis de Emergencia de Energía existente, algunas medidas coherentes con nuestros padecimientos, como provocar la disminución del consumo, con premios y castigos, subir los precios de productos, que hacen prácticamente prohibitivo el uso de las distintas fuentes energéticas conocidas. Otras medidas están dirigidas a aprovisionarnos de combustible desde el exterior, dando una imagen del subdesarrollo, que nuestro orgullo, nunca quiso admitir, colocándonos de mendigantes, de lo que nosotros mismos producimos. También he visto coherencia en las tasas fijadas para la exportación de nuestros productos genuinos.
En las economías hogareñas, la mayoría de los hombres y mujeres argentinos, obviamente usan de su inteligencia y creatividad, para poder llegar con sus magros salarios, a acercarse a fin de mes. Esa inteligencia individual y colectiva, llamada vulgarmente“viveza criolla”ha sido siempre, quien nos puso identidad, siendo su uso considerado condenable o no, por nosotros mismos o por otros países.
Me cabe preguntarle al Sr. Presidente de la Nación Argentina, cuantas reuniones se hicieron con la comunidad científica, activa o pasiva, para proveerse de otros medios de energía a muy bajo costo, como seria la Energía solar o la Eólica.
Tengo conocimiento de muchos profesionales, en su edad de mayor productividad, que luego de haber realizado maestrías en su patria y en el exterior y haberlas aplicado durante muchos años en el país, se encuentran sin trabajo, discriminados por su edad, cuando deberían ser ellos, los que aporten sus conocimientos y buena voluntad, devolviendo con esa experiencia, lo que el país gasto en su formación y capacitación oportunamente.
¿Cuánto se gasto en la formación de estos profesionales? ¿Y cual fue la efectividad, eficiencia y eficacia de esos costos?. Valdría la pena evaluarlo ahora, para hacer efectiva otra energía que hace falta y es la creativa.
¿Porque recurrir a lo que tenemos y solamente restringirlo, reconociendo que significa un paso atrás y no crear nuevas fuentes de energía, que han demostrado su viabilidad y su bajo costo? ¿Es que lo creativo ha quedado sumergido en las angustias de todos los días? ¿Es que los argentinos, aparte de soportar la inflación, nos estamos acostumbrando a sumergirnos en el pesimismo?
Sr. Presidente, la memoria debería dirigirse a no solo a las cosas malas que nos pasaron, sino también, a utilizar lo bueno y reintegrarlo a la vida útil.
Una gran comunidad científica, actualmente desperdiciada debería ser convocada, para encontrar alternativas a la salida de esta Crisis, que lleva nuestra economía individual y colectiva, a subdesarrollarnos, en la cadena de la productividad, que lentamente, estábamos logrando.
Atte.
Graciela Filippi
Catamarca.
