Me entristece percibir que a pesar de mis denuncias publicas por mala atención y abandono a mi persona en el hospital San Juan Bautista el Día 3 de marzo el director no me haya convocado para interiorizarse mejor de lo sucedido muy por el contrario, ese día, solo supo responder con la burla y desprecio publico en la prensa, ofendiendo a mi persona e hijos al expresar que yo era un enfermo “Abandonado por mi familia”, “Desequilibrado (que es lo mismo loco o demente)” “Fugado” etc., injurias que transgreden los Derechos del Paciente, enunciados por la Organización Mundial de la Salud, según afiche pegado en paredes del mismo hospital, que al parecer no leyó, y dice: “Es discriminación contra el paciente los comentarios impropios como el uso de ironías o juicios fuera de lugar”, y , hacerlos públicos en una clara “Violación de la confidencialidad dentro y fuera del sistema de salud.”
Y para justificar tanta incompetencia, este inefable director Martínez miente por radio el mismo día: “-Si en el trayecto (me retire en rebeldía con el torso desnudo y el plástico vacío de suero conectado a mis venas, con bronca… mucha bronca) a este señor con vías de solución entérales o parentenales o vías para evacuaciones desde sus emotorios le sucede algo porque se enreda, se traiciona, esas vías están puestas con elementos de fijación, en especial las vesicales en el caso de este hombre con un balón que se infla y que si se tira y arranca puede destruir la uretra. Nada de este “chamuyo” científico es cierto: ni los “emotorios” (será con h ?) ni las “vías” y otras yerbas, ni “el balón que se infla” y diría, ni la pelota que se pincha, ni pajaritos preñados, solo bla bla.
Lo que si es cierto es la falta de conocimiento de la situación, y lo mendaz de sus concepto para mi estado, junto con la agresión que significa el abandono del enfermo, está la agresión psicológica y moral de un deprimente que desconoce los Derechos del Paciente”. Conozco esta maniobra: producir el desaliento de quien se anima a protestar.
Y la actitud es corporativa: Hoy por mi … mañana por ti. No estoy equivocado cuando exijo salud con mayúsculas, pero ese hospital, tan querido por mi y por todos esta en peligro, un sistema nefasto corrupto e impune enseñorea sus garras en un hospital en terapia intensiva y no mejorará, por que nunca importa el paciente: su razón de ser. El director Martínez debe renunciar, dejando vivir. A pesar del noble esfuerzo de un ponderable sector de trabajadores de la salud, este nosocomio enfermo, a veces, abandona impiadoso, discrimina por “petisona agrandadura”, atiende pésimo, no respeta los derechos humanos del paciente y también, como en mi caso, controlar un simple suero se convierte en drama.
Falta como dice el director “ir arreglando”, “Que hay falencias” y yo opino que la falencia mayor es la ineficiencia de esta gestión., parece que es mas fácil no hacer nada y ridiculizar al enfermo que protesta. El paciente es un ser humano y no un perro.-
José Segura
DNI: 8.041.286
