Treinta llaves estaba diseminadas en la vivienda de Gran Hermano pero sólo una de ellas era la correcta para ponerla en funcionamiento.
Una vez dada la orden de comienzo de la búsqueda, los chicos empezaron a recorrer todos los rincones de la casa y fue Gabriel quien echó mano a su conocida astucia para recoger rápidamente unas cuantas llaves.
Con el correr de los minutos Gran Hermano empezó a darle ayuditas a los chicos, anunciando lugares claves a investigar o marcándoles el rumbo a través de las palabras "caliente" y "frío".
Diego fue otro que a fuerza de voluntad logró hacerse de varias, mientras que Mariela hasta se tiró a la pileta por el preciado tesoro.
La que no dio en el blanco a la hora de la búsqueda fue Marianela, quien a pesar del apoyo de la voz de la casa terminó el juego sin encuentrar ninguna llave.
Luego de pasado un largo rato, y de recorridos los espacios de la casa, Gran Hermano dio la orden para empezar a probar las llaves. A pesar de la cantidad que había recolectado, Gabriel no la pudo hacer arrancar.
Y fue Mariela quien al final, con la ayuda de Diego, pudo encender la moto y quedarse con la ansiado premio. La morocha al toque se montó en la "dos ruedas" y prometió llevarla para Salta, para que la disfrute su familia.