Ya llegando a fin de año tuvo su recompensa. Nicolás se inscribió y realizó las dos evaluaciones que demandaba el proceso selectivo. “Son pruebas muy exigentes. El 2 de diciembre se realizó la primera y me tocó cantar ante un jurado de 15 maestros, entre los que estaba el cantante del Colón Carlos Duarte; Enrique Ricci que dirigió a grandes cantantes como José Carreras y Plácido Domingo; y Rozita Zozoulia, repertorista rusa y jefa de cátedra de canto del Instituto del Teatro Colon”, cuenta el catamarqueño. “Canté la primera aria, que era bastante complicada y con eso les bastó para darme por aprobada la primera prueba”, agrega.
De los más de 200 inscriptos de distintos países del mundo –Argentina, Brasil, Perú, Colombia, Estados Unidos, Alemania, entre otros- Nicolás Romero quedó entre los 24 seleccionados que pasaron a la segunda ronda selectiva.
Aquí el desafío fue mucho mayor: el jueves 18 de diciembre le tocó cantar en el mismísimo escenario mayor del Colón, acompañado de un pianista y con el jurado de maestros internacionales distribuido en distintos lugares del gran salón dorado, lo que les permite apreciar –desde distintos puntos- la proyección de las voces.
Romero presentó dos arias de ópera completas: una en francés “Pourquoi me révellier” (Por qué me despiertas) y la otra “Recóndita armonía”.
Con esas interpretaciones logró convencer al jurado y quedó entre los ocho seleccionados en su ronda para cursar la carrera de canto lírico en el Colón, un anhelo para todo aquel que se dedica a este arte.
“Lo destacable de esto es que me pude preparar, no todo lo que hubiese querido, y logré pasar. Hay cantantes que vienen años preparándose para ingresar al Colón y recién al tercer o cuarto intento lo logran. Yo pude hacerlo en el primer intento así que estoy muy feliz”, señaló Romero.
Como parte de su preparación, Nicolás tomó clases desde septiembre con la maestra germano-argentina Graciela de Gyldenfeldt y en adelante, más allá de los estudios que curse en el Colón, tiene pensado continuar preparándose en idiomas, en repertorio y en técnica vocal, consciente de que el mundo de la lírica requiere mucho estudio.
Aunque no pudo concretar el viaje, Nicolás comenta que otro logro que lo ayudó a perseverar en su carrera fue haber quedado seleccionado para el concurso internacional de canto lírico con sede en Trujillo (Perú). “Fui pre-seleccionado a través de grabaciones y tenía que ir a concursar a Trujillo, pero no pude llegar por razones económicas y de preparación”, se lamentó.