Quien fuera de los más populares entre los favoritos del público, se fue sin atenuantes, y con un masivo voto en su contra. Hasta tuvo su propia canción con coreografía y todo, además de generar sentimientos de adhesión por sus caracter aniñado y querible.
Su inseparable amigo, el oso Nando, le dio su apodo -Osito-, y fue uno de los temas habituales de conversación y de gracias dentro de la casa.
¿Pero cómo fue que una de las candidatas más firmes a la final se mancara en tan pocas semanas?
Jessica, seguramente, pagó alto precio a su alianza con Nadia, con la que compartió "fechorías" en contra de Marianela, la que pasó de víctima a patrona del hogar más famoso del país.
Cuando la tucumana quedó y casi indefensa ante la distancia y la indeferencia de sus otrora compañeros, el público se puso de su lado y volcó la balanza de poderes de modo radical.
Tampoco sumó su historia con Jonathan. Es que la chica había entrado a la casa dejando pendiente un amor, un hombre maduro y que aparentemente fuera eventualmente jefe de Jessica, en su trabajo.
Pero los sentimientos por ese cariño externo a la casa se fueron olvidando de a poco, y a fuerza de continuidad y perseverancia -aunque también le ayudó su popularidad en ciernes- logró el corazón de Jonathan, al menos hasta el final de la participación del pelilargo en el juego.
Ahora nada se sabe del futuro de ese romance, y todo quedará a merced de esa famosa charla que pedía el chico de Bernal a viva voz.
Ahora Sebastián se quedó sólo y herido por la partida de su entrañable Osito. Pero el chico es un gran jugador y hace rato que hacía la suya buscando renovar sus relaciones sobre todo con Marianela y con Diego.
Pero de pollos ya nadie podrá hablar más hasta el final del juego.