"La verdad que los argentinos debemos sentirnos orgullosos de Messi tanto como lo estuvimos de Diego Maradona, porque pone a nuestro fútbol en los más alto",continuó con sus lisonjas quien con la camiseta de Boca desarrollaba un juego con muchos puntos de comparación con el de Juan Román Riquelme.
Claro que hoy, a los 53 años y con 20 de radicación en Chile, Ponce es otra persona, muy alejado de las grandes marquesinas del fútbol y con algunos problemas laborales que él confía en resolver.
"Jugué muchos años en Colombia (Junior, de Barranquilla) y Chile, pero aquí me radiqué y tengo dos hijas hermosas, ya grandes. Sin embargo estuve muy poco ligado al fútbol, solamente cuando dirigía una escuelita. Después fui chofer de una camioneta que transportaba empleados a una mina de cobre. Pero hace dos años que estoy sin trabajo y espero encontrar algo cuanto antes", confió.
"La vida lo va llevando a uno por distintos caminos y el mío me trajo aquí. De cualquier manera está bueno que no me alejé de Mendoza (nació en Godoy Cruz el 25 de junio de 1962) demasiado y cada tanto puedo volver allá donde tengo a mis familiares", explicó.
Ponce llegó ayer al campo deportivo de Everton, club en el que jugó "muy a gusto, porque tiene los mismos colores de Boca, así que Carlitos Tevez y Fernando Gago deben estar muy contentos de andar por aquí", según comentó, e inmediatamente se puso en contacto con el técnico del equipo nacional, Gerardo Martino.
"Al 'Tata' lo conozco de la época en que Carlos Bilardo nos citó a los dos a la selección en 1983. Gerardo era un crack. En aquella época nosotros veníamos de ser campeones con Estudiantes, con el 'Narigón' como técnico antes de que tomara el seleccionado, y la rompíamos junto con otros dos 10 con los que jugábamos juntos como Marcelo Trobbiani y Alejandro Sabella", recordó.
"Apenas lo vi, en seguida Martino me recordó aquella época y me decía que teníamos un equipo y los bailes que les dábamos a todos, pero yo le respondí que él también era un fenómeno y con su Newell's nos daban un dolor de cabeza tremendo a nosotros", rememoró.
Ponce hoy no tiene la figura afinada de entonces y el pelo que amenazaba con irse prematuramente hace tres décadas ya partió definitivamente, haciendo más coherente el apodo de "Bocha", un tipo que anda con el corazón partido por esta Copa América.
"La verdad que me encanta el seleccionado de Chile y la personalidad que tiene (Jorge) Sampaoli para convencer a sus futbolistas de una forma de jugar. Pero claro, yo soy argentino, y siempre voy a querer que mi país salga campeón", confesó con alguna reticencia.
"Pero atención que yo soy un agradecido por todo lo que me dieron los chilenos. No puedo quejarme, más allá de las dificultades laborales que tengo. Es que siempre trato de mirar la vida con optimismo, porque como en el fútbol, creo que es la única manera de salir adelante", concluyó el "Bocha" Ponce, y allá fue, con su paso cansino y su calva brillando bajo el sol cálido de Viña del Mar. Una ciudad linda para vivir y soñar con un futuro mejor.
Fuente: Télam
