La mamá del mediapunta guarda un infinito agradecimiento por el club que cuando Lionel tenía 13 años les abrió las puertas y se hizo cargo de pagar las inyecciones de hormonas de crecimiento que el pequeño futbolista necesitaba de manera urgente.
"Al Barcelona le debemos toda la felicidad que hemos vivido. Porque en los malos momentos también estuvieron, así que el Barça siempre estará en nuestros corazones. Ay, me emociono...", afirma reprimiendo alguna lágrima.
La emoción varía sustancialmente cuando se le menciona el nombre de Newell’s, que en contraposición se negó en aquel momento a proporcionar el dinero necesario para el tratamiento de Messi.
"Yo hablo por mí: yo no quedé contenta con Newell’s. Para mí Newell’s no existe. No sé mi marido, el resto de mi familia, mis hijos, pero yo no", asevera Cuccitini con firmeza.
"Te queda esa manchita, pero bueno, todo se puede revertir en la vida. Distinto fue el caso de River -club al que Messi se fue a probar antes de viajar a Barcelona-, que en un primer momento dijo ’no, no’. Fue una carta que nos jugamos como cuando vos te estás ahogando, que manoteas de todos los lados, pero Newell’s se la perdió".
Messi, quien fue elegido como mejor jugador del mundo en 2009 y es la principal carta del seleccionado nacional de cara al Mundial de Sudáfrica, nunca jugó en un club de su país.
Ante la consulta de si ve a su hijo jugando en el futuro en un equipo argentino, Cuccitini respondió sin dudar: "Sí, porque él también lo anhela, el quiere el día de mañana terminar en un club de Argentina". (Telam)
