Nuevamente, el del próximo domingo no será un su clásico más, sino que en términos futbolísticos, habrá una alta dosis de adrenalina dentro y campo de juego.
Al parecer, da la sensación de que se ha revertido la “tortilla”: antes de jugarse la fecha 13, el xeneize venía nuevamente cabizbajo por los últimos resultados conseguidos mientras que el millonario venía confiado en olvidarse de los promedios del descenso y pensar de nuevo en el campeonato.
¿A qué juega Boca?
Con un tibio presente en mitad de tabla, y con cinco derrotas en trece partidos, Boca quedó muy lejos de ser protagonista del Clausura, ya que se encuentra envuelto en una crisis de identidad futbolística que para muchos ha dejado de ser sorprendente.
Cabe señalar que los dirigentes realizaron contrataciones millonarias para apostar de lleno al Clausura, con las llegadas de Walter Erviti, Leandro Somoza y el lesionado Diego Rivero.
Pero, por cuestiones de rendimiento, la ex estrella de Banfield, el jugador tan pedido por el DT, es el futbolista mejor pago del plantel y apenas puede cumplir un par de minutos en el campo de juego.
Juan Román Riquelme, uno de los máximos ídolos en la historia del club, es un jugador que tranquilamente puede ver el partido desde el banco de suplentes, según la consideración de Falcioni.
Desde el comienzo del torneo, las decisiones de Falcini han sido cuestionadas por los hinchas, y luego se sumaron las críticas - por lo bajo- de los jugadores y dirigentes.
Esto se debe a que el técnico prefiere la cautela del 4-4-2 antes que jugar con un enganche definido. Pero el entrenador xeneize tuvo que ceder la rigidez de su sistema predilecto para obtener mejores resultados con Riquelme como titular.
La calidad del talentoso “10” de Boca es incuestionable y, aunque su estado físico le pasa factura en cada partido, Román ha sido el gran ganador de la pulseada con Falcioni, dentro y fuera de la cancha.
Pero los resultados suelen tapar las carencias de los equipos. Boca obtuvo un gran triunfo frente a Argentinos Juniors (2-0), precisamente con los goles de los históricos Palermo y Riquelme.
Los máximos ídolos de Boca, que Falcioni había sacado antes de empatar con Independiente (1-1) ahora le responden el técnico con goles que contagian a sus compañeros, para llegar al Boca –River con el ánimo por las nubes.
Sin embargo, no hay que olvidar que Falcioni se encuentra en la cuerda floja por el rendimiento del equipo, una verdadera sombra de lo que fue su producción durante los torneos de verano, por lo que el resultado del próximo Superclásico será vital para determinar su futuro como entrenador de Boca.
Un laberinto llamado River
En cambio, la situación de River es mucho más “delicada” que la de su archirrival. Para este torneo, el millonario, que arrancó en zona de Promoción, contrató a un sólo refuerzo (Fabián Bordagaray), en una audaz apuesta del presidente Daniel Passarella para pelear por mantener la categoría, algo que River nunca ha tenido que atravesar en toda su historia.
El técnico Juan José López ya lo había advertido: la lucha de River no está arriba de la tabla sino que su “pelea” consiste en escaparse de la promoción.
Hasta el momento, River había demostrado un juego convincente para el DT que contrasta con el histórico “paladar negro” de los hinchas, caracterizados en apreciar el fútbol vistoso gracias al talento de sus jugadores, en lugar de festejar los triunfos, sólo por los resultados, sin tener un sistema de juego palpable a los ojos.
El millonario pudo zafar de la Promoción a medida que pasaron las 13 fechas. Con 22 puntos, producto de seis victorias, cuatro empates y tres derrotas, se animaba nuevamente a pelear el titulo junto con Vélez, Godoy Cruz y Olimpo, este último, en la “zona roja” y pelea con la permanencia.
Las grandes actuaciones de Juan Pablo Carrizo en el arco, el fútbol de Erik Lamela, toda la garra del veterano capitán Matías Almeyda desde el mediocampo y los cuatro goles de Mariano Pavoni eran motivos suficientes para salir de la zona caliente.
Sin embargo, cuando parecía que la Promoción iba a ser parte del olvido, aparecieron nuevamente las dudas, los temores y la presión angustiante para los dirigidos por Jota Jota a raíz de que los rivales directos como Quilmes, Gimnasia, Olimpo y All Boys fueron engrosando sus promedios en las últimas fechas.
Por eso, la derrota del domingo ha sido la más dolorosa que las otras dos caídas frente a Vélez y Godoy Cruz, también en el Monumental. Se trata de All Boys, un equipo recién ascendido que hoy está fuera de la discusión pero continúa peleando por la permanencia.
La caída de anoche caló hondo en todo el mundo River: fue 2-0 luego de 38 años sin caer frente como locales frente a los Floresta, y con una espectacular corrida del uruguayo Juan Pablo Rodríguez que significó el segundo gol del “Albo”, para “matar” al millonario y sobre todo al arquero Carrizo, que pagó muy caro el precio de ir a cabecear en un corner para conseguir el empate millonario cuando finalizaba el partido.
Ahora, River quedó nuevamente en las puertas de la Promoción junto con Independiente, y se prepara para el clásico frente al enemigo de siempre.
Una derrota y hasta un empate frente a Boca marcaría el regreso tan temido a la “Promo”, cuando quedan tan solo cinco fechas para el final del torneo.
Por eso, Jota Jota dio a entender que, tras la dura caída frente a All Boys, hasta se conformaría con un empate. Difícilmente pueda cambiar su rombo frente al xeneize, si es que no arriesga utilizando un estilo más ofensivo que el fútbol mezquino a base de resultados, que hasta aquí sido la ilusión por mantener la categoría.
En los últimos partidos, el fútbol de Jota Jota no ha dado frutos: ya no gana y tampoco hace goles (lleva 11 en el Clausura). En cambio, Boca viene con la moral un poco más en alza, pero Falcioni podría armar las valijas si es que si pierde de nuevo.
Cada uno con sus defectos y virtudes, Boca y River, los "enemigos de siempre" dos clubes tan distintos que muchas veces coinciden en los buenos y malos momentos, pero llamativamente también se necesitan para alimentar sus fuerzas.
El domingo se juegan muchas cosas en La Bombonera. ¿Cambio de técnico o Promoción? Es la gran incógnita a develar cuando finalice el partido. Para determinar la suerte de Falcioni o si River quedará otra vez expuesto a sufrir hasta que finalice el Clausura. (Notio.com)
