En Qingdao, Espínola y Lange no estarán solos: trabajarán junto al equipo de Austria. "Tenemos una gran amistad con los chicos austríacos desde hace varios años. De hecho, antes de Atenas también nos entrenamos con ellos y el resultado fue el producto de ese trabajo conjunto. En lo que más nos ayudan es en el diseño de las velas y en lograr nuestro máximo potencial según las condiciones de cada cancha", prosiguió el deportista que fue tercero en los Juegos Olímpicos de 2004.
No obstante, después del viaje a China, la dupla argentina tendrá otra escala en el camino hacia los Juegos Olímpicos. "El 20 de junio nos vamos a Portugal para competir en el Mundial que otorgará 11 plazas olímpicas. Es cierto que en el deporte no hay nada seguro, pero sabemos que las posibilidades de clasificación son muy altas, por lo que vamos con toda la confianza. En febrero del año que viene se corre el segundo clasificatorio, en Nueva Zelanda, que entrega las cuatro plazas restantes. Pero nuestra idea es reservarnos un lugar en Beijing lo antes posible", comentó.
"El resto del calendario lo estamos estudiando. Por ahora, todo lo que tenemos pautados son entrenamientos. Dentro de 15 días volveremos a la Argentina y después nos vamos para Portugal, pero aún debemos definir si tenemos competencias durante diciembre, enero y febrero. Todo lo que hagamos será pensando en Beijing, porque ahora tenemos la cabeza al cien por ciento puesta en los Juegos Olímpicos", siguió Camau.
Aunque en su discurso el objetivo es volver a subirse a un podio, en su voz se denota una meta aún mayor: "Y... La medalla de oro es la única que me falta. Sería muy lindo poder conseguirla en China, aunque soy consciente de que será muy difícil. Yo lo viví en carne propia, lo intenté tres veces y todavía no se dio. Esperemos que sea ahora". Aunque, mesurado como siempre, enseguida aclaró: "Igualmente, el objetivo es subir al podio y ver la bandera argentina flameando en la final. Ponemos todas las fichas en eso".