Por el lado argentino también las cosas estaban claras, pero con más variantes, porque cuando la pelota le llegaba a Juan Román Riquelme o a Lionel Messi algo positivo podía suceder.
Y en el primer encuentro de Messi y Riquelme, peleados fuera de la cancha pero ambos amigos íntimos de la pelota, fue exquisito, con toque de primera, pared y una habilitación para Sergio Agüero, quien falló en el mano a mano con el arquero.
Argentina, en el primer cuarto de hora del partido, cada vez que cruzaba la mitad de cancha se mostraba cerca de convertir, pero cada vez que lo atacaban, por suerte para Batista con pocos hombres, sufría demasiado, porque la línea de fondo entró a jugar con muchas dudas y sin firmeza.
Los africanos, con un juego muy físico y con dos puntas muy veloces, comenzaron a afianzarse en el campo de juego y al seleccionado argentino comenzó a costarle más acercarse al área rival, como había ocurrido en los primeros minutos del partido.
Carlos Juvenal, enviado especial I Télam