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Del dicho al hecho: los enredos de los técnicos sobre Messi en la Selección

Alejandro Sabella apuntó que su táctica para la explosión de "La Pulga" es que juegue del centro a la derecha o como enganche. Intentará lo que no pudieron sus antecesores: principalmente, hacer lo que dice. De Pekerman a Batista, un repaso del camino entre la teoría y la posterior práctica
(DIARIOC, 30/08/2011) El 17 de agosto de 2005, Lionel Andrés Messi saltó al estadio Ferenc Puskas de Budapest a los 20 minutos del segundo tiempo de ese partido que marcó su debut en la Selección mayor, de la mano del técnico José Néstor Pekerman.

Millones de manos frotándose para ver a la joven estrella quedaban impactadas ante lo sucedido 30 segundos después: "La Pulga" quiso desprenderse de la pegajosa marca de Vanszak a los "codazos" y el árbitro Alémán Markus Merk le mostró la roja.

Pese a ese impensado inicio, Pekerman lo nombró como uno de sus "pilares": "Tiene tanto talento que rompe las barreras normales. Esa velocidad, ese dribbling con la pelota atada al pie con tanta facilidad le causa mucho daño a las defensas. Demostró que puede ser titular y determinante", decía, y apostó por él con la mira puesta enla Copa del Mundo de Alemania 2006, evento para el que quedó relegado en el debut con triunfo por 2-1 ante Costa de Marfil.

"El ataque será con Riquelme, Saviola y Crespo. Es la combinación que le da más equilibrio al equipo", dijo Pekerman cuando dio a conocer el equipo.

Luego llegó Serbia y Montenegro. En aquel 6-0 Messi ingresó cuando faltaban 15 minutos para el final en sustitución de Maximiliano Rodríguez, mientras que Crespo y Saviola seguían siendo para el técnico los delanteros titulares, quedando Riquelme como armador de juego. "La Pulga" convirtió, a los 43 del complemento, el sexto de la Argentina.

El 0-0 con Holanda como cierre de la fase de grupos tuvo a Messi entre los once junto a Carlos Tevez en la delantera. La Selección ya estaba clasificada y Pekerman puso un "equipo alternativo". Ni siquiera en ese encuentro el rosarino jugó los 90 minutos: fue reemplazado por Julio Cruz a los 25 minutos del segundo tiempo.

Luego de vencer a México por 2-1 en octavos de final, llegó en cuartos el partido más importante: ante Alemania, el equipo que sería la prueba real de las intenciones de la Selección, dejó afuera al equipo en la definición por penales. Y Pekerman, por su parte, dejó afuera a Messi del partido.

"La Pulga" era el as que el técnico tenía para los segundos tiempos, pero en Berlín no tuvo siquiera la posibilidad de jugar unos minutos. Cuando debió hacer sustituciones, Cambiasso ingresó por Riquelme y Cruz por Crespo (antes, el cambio obligado de Franco por Abbondanzieri).

Con una Alemania exhausta, Pekerman optó por "buscar por arriba lo que debí haber buscado por abajo. Me equivoqué en los cambios", aceptó tiempo después.

Apenas 121 minutos fue el tiempo que Pekerman utilizó a Messi en 540 que disputó su equipo en la Copa del Mundo (entre Holanda y Serbia y Montenegro).  

Luego llegó Alfio Basile: el principal objetivo era la Copa América y, a la predilección conocida por Juan Román Riquelme, "Coco" le sumó a su proceso la inclinación por Lionel Messi, quien sobre la nueva etapa decía: "Me gustaría jugar más por el medio que por derecha como lo hago en Barcelona. Pero no me hago problemas, Basile me da libertad para moverme".

Con "Coco", Messi dio su mejor versión con la albiceleste: libre por la banda derecha del campo de juego pero con tendencia a moverse hacia el centro, el argentino demostró que estaba cómodo: "Que haga lo que quiera en el campo", sentenciaba sobre "La Pulga" el DT.

Basile, además, se rendía a sus pies: "Es un jugador distinto. Hace jugadas increíbles que sólo hacen los elegidos, te emociona".

Lionel brilló durante su proceso, con destaque en  la Copa América 2007, donde jugó principalmente como delantero junto a Carlos Tevez y asistido por Juan Román Riquelme.

"Coco" hizo culto de los bajitos y éstos le respondieron. Sólo cuestiones extrafutbolísticas obstaculizaron el camino que terminó en las Eliminatorias Sudamericanas hacia Sudáfrica 2010.

Maradona fue su reemplazante y se puso el buzo de DT gracias a la colaboración de algunos jugadores que propiciaron la salida de Basile. En el ciclo del "Diez", Messi ya era Messi y Diego dijo: "Messi y diez más".

Los vaivenes de Maradona también afectaron a Lionel: pasó de ser el puntal del tridente ofensivo, habitualmente completado con Tevez e Higuaín, a verse obligado a bajar a su propio campo, entre defensas y medios, para tener contacto con la pelota.

El sistema de Diego y, principalmente, sus intérpretes, dejaban aislado al tándem Lionel-pelota, imprescindible para el buen funcionamiento del equipo.

Messi nunca estuvo bien rodeado, su posición antinatural en el campo de juego evidenció el desconcierto que quedó expuesto con Alemania en el tremendo 0-4 sufrido en cuartos de final de Sudáfrica 2010, cuando comenzó como delantero junto a Tevez e Higuaín, bajó unos metros para cumplir la función de armador y, carente del contacto con la pelota, terminó entre Demichelis y Mascherano en su búsqueda.

Ya como espectador de un nuevo proceso, Maradona dijo sobre Messi en el esquema de Sergio Batista, su sucesor:  "Yo digo que si vos ponés tres volantes de contención para que el mejor jugador del mundo nos salve limpiando a siete jugadores, jugá con cuatro tipos y listo".

Diego criticaba prácticamente lo que, meses atrás, él había hecho. "La Pulga", mientras tanto, seguía con su paso incierto en el equipo nacional.

Batista desembarcó, por fín, como técnico oficial y cambiaba los esquemas. Aseguraba: "Tenemos la suerte de tener al mejor jugador del mundo que te define el partido en cualquier momento, tiene que sentirse cómodo dentro de un esquema porque es el mejor, en mi equipo será el 9".

Y de 9 lo hizo jugar al menos cuando los puntos no asfixiaban su proceso. Lo intentó en los amistosos y le dio resultado, pero cuando en la Copa América debió jugar en serio, falló. Ahí, cuando un nuevo Titanic se estrellaba, Batista le indicó a Messi que tomara la posición de armador y que hiciera lo que pudiera.

El derrotero fue el siguiente: con Irlanda en el debut de su ciclo, Messi fue delantero junto a Di María e Higuaín. Así se mantuvo en los encuentros que nada definían y que alternaba en el ataque con Tevez, Milito o cualquier jugador de turno.

Ya en la Copa América, en el debut ante Bolivia, Messi fue el 9 en el ataque compartido con Lavezzi y Tevez. No pudo marcar en ninguno de los partidos disputados y en el que determinó la eliminación, frente a Uruguay, terminó jugando de salvador. Ni 9, ni delantero, ni nada en definitiva.

Sabella, ¿la última chance de ver al Messi del Barcelona en la Selección?

En sus primeros postulados como entrenador del equipo nacional, Alejandro Sabella marcó el terreno: "A Messi lo imagino libre de centroderecha o como enganche". Y, como si recuperar su función natural fuera poco, el técnico sentenció: "Será mi capitán".

Bases de un proyecto que ahora deberá revalidar en la práctica. Sus antecesores se enredaron en las palabras. Ahora, todo está en sus manos: la posibilidad de devolver a la Argentina al pináculo del fútbol y, principalmente, la de ponerle la albiceleste al Messi del Barcelona. El viernes, contra Venezuela, en Calcuta, Sabella y Messi darán el puntapié inicial.

Fuente: playfutbol.infobae.com

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