La intervención del presidente de Argentinos, Luis Segura, fue clave para que el incidente no se tradujera en una agresión física hacia Ruscio, quien debió abandonar la cancha por una puerta lateral.
Los más enojados con el árbitro (expulsó a dos jugadores de Argentinos y le cobró un penal en contra en la derrota con el líder por 2-1) eran integrantes de la Comisión Directiva y allegados a la institución, quienes casi sufren la represión de parte de la policía que llegó al lugar con demora. (Télam)