Nada podrá evitar este papelón. Muchachos, lograron algo que parecía imposible: que estemos más tristes que en la semi del 2004 perdida ante Boca. Lo lograron. En ese rubro si se superaron. En el rubro jugar a la pelota, aun están en deuda. Lo que yo no entiendo, y creo que 15 millones de personas más me siguen, es qué les pasó. Es más, hasta el penal estaban jugando bien, corriendo, metiendo, presionando, peleando cuando había que hacerlo. Por eso pregunto, ¿qué les pasó? No lo vamos a entender, así ganemos el campeonato local. Lo que hicieron ayer en la cancha -todos los responsables de esta derrota, porque no sólo Simeone es el responsable- ha abierto una herida que será casi imposible de cerrar.
Para dar vuelta esto tienen que entender algo: están en River. Sí, suena fácil, son tres palabras, pero algunos de ustedes parecen no entender el significado. River es más grande que cualquiera de ustedes y que cualquiera de nosotros. Vestir esta camiseta es un honor que muchos matarían por tener. Pero lo tienen ustedes. Nosotros los alentamos en la cancha (¿miraron para arriba y vieron las tribunas?), los apoyamos y aplaudimos cada intervención acertada. No nos merecemos esto como respuesta.
Era una semana clave, compuesta por tres partidos, y había que ganar todos, o al menos, no perder con Boca y eliminar a San Lorenzo. No ganaron ninguno. Sí, todos festejamos las victorias contra Argentinos, Tigre, Lanús y Arsenal. Pero estos partidos, como el que ustedes perdieron, son los que hacen la diferencia. Los que al final del semestre dejan títulos. De ayer, rescato cosas, claro que sí. Pero estoy muy caliente como para decirlas. Me las guardo para mí. El domingo hay que ganar, si o sí. No hay ni un ínfimo margen de error. Esto es River, no lo había ayer, muchísimo menos hoy. El campeonato que se está jugando debe ser el número 33 de la historia de nuestro club. Sólo así podrán amortiguar este dolor inmenso que provocaron al no saber cómo cerrar un partido que tenían en el bolsillo. ¿Era tan difícil abrir la cancha teniendo dos hombres más? ¿Había necesidad de tirar ollazos todo el tiempo? Entendemos que se desesperaron, pero imagínense nosotros, que no tenemos la chance que tienen ustedes, que con la pelota en los pies pueden cambiar esa desesperación por tranquilidad.
Se nota a la legua que falta un líder, alguien que diga qué hacer, cuándo hacerlo y cómo comportarse en la cancha. Eso no es culpa de ustedes, ni del técnico. Si no están los jugadores no están, pero hay que buscarle la vuelta. Ortega estaba en el banco, quizás con el 2-0 debía entrar. Y si Ortega no está para jugar, bueno, traigamos a D´Alessandro o a quién sea. Por lo menos, evitemos que terminen jugando con la camiseta de rivales directos. River necesita un líder, porque, mientras tanto, seguirán pasando cosas como esta. Cosas vergonzosas, dolorosas y que obligan a pensar qué vas a decir hoy en el laburo, en la escuela o en la facultad. Yo, por mi parte, pienso embanderarme en los colores de River. Porque estoy orgulloso y doy gracias a Dios de ser hincha de este club. Pero de ser de River, no de los jugadores de River. No, al menos, hasta que demuestren en los partidos que están a la altura de vestir esta gloriosa camiseta.