Asimismo, el secretario de Seguridad Pública del estado de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, propuso contemplar el delito de "asociación por incitamiento o práctica de desorden público", junto con la prohibición de usar máscaras o cubrirse el rostro en las manifestaciones.
Por su parte, en el Parlamento, sigue la discusión en torno a un proyecto de ley antiterrorista que, según un pedido de la presidente Dilma Rousseff a sus senadores, no incluiría en su texto a los organizadores de las protestas contra el Mundial.
De hecho, Rousseff, quien irá por la reelección en los comicios de octubre, envió emisarios del gobierno a las 12 ciudades sedes para iniciar un "diálogo" permanente con los líderes de las protestas sociales.
La movida política apunta a tratar de impedir que se repita la ola de violencia que dio marco a la Copa de las Confederaciones, que también tuvo como sede a Brasil a mediados de 2013, y que generó dudas sobre la capacidad del país que preside de organizar el Mundial, y que ya tiene su primera víctima: el camarógrafo de Bandeirantes, Santiago Andrade, de 49 años, a quien le declararon muerte cerebral.
Fuente: Télam