También anduvo como solía hacerlo no hace mucho tiempo atrás Angel Di María (hizo los dos restantes para el 5-0 final), aunque su presente en el Manchester United es hoy en día bastante oscuro, al punto que ya anticipó sus escasos deseos de entablar diálogos con la prensa para que no le pregunten sobre el tema.
Las virtudes ante un rival que no fue medida, exacerbó virtudes y disimuló defectos, pero en este caso generales, ya que esto es abarcativo al propio Gerardo Martino, que en la conformación del plantel no cuenta con ningún jugador de características similares a las de Mascherano, aunque él sostenga que el riverplatense Matías Kranevitter es quien terminará ocupando el lugar del "Jefecito" cuando el ex River Plate deje ese espacio.
La presencia de Gago en la media cancha no necesitó de atributos parecidos a los de "Masche", porque Argentina solamente se dedicó a atacar y prácticamente no defendió, pero no por alguna falencia sino porque no lo necesitó.
Es cierto que Javier Pastore y Ezequiel Lavezzi pudieron lucirse y no lo hicieron, aunque las circunstancias daban para ello, algo que también se hizo extensivo a Ever Banega.
Tanto el mediocampista de Sevilla como el de Boca y Lucas Biglia, que está aquí pero todavía le falta para recuperarse físicamente después de lesionarse en su equipo, Lazio, pueden jugar como volantes centrales, pero ninguno es, por características, capaz de hacerlo como él. Y se sabe cuanto lo necesita Argentina al ex West Ham y Liverpool. Basta con fijarse en el Mundial de Brasil para comprobarlo.
Y para colmo de males en este último amistoso se lesionó el hombro izquierdo el arquero Sergio Romero, que sigue sin jugar en la Sampdoria y necesita minutos como el agua. Justo el día en que se convirtió en el guardavallas con más partidos en la selección argentina, superando por uno (59 a 58) al mejor de todos: Ubaldo Matildo Fillol.
No hubo equivalencias en San Juan y por eso la despedida fue a puro festejo para la gente. Pero desde hoy empieza otra historia, cuando el seleccionado cruce la cordillera en pos de un sueño que alberga esta generación de actuales subcampeones del mundo: no irse del equipo nacional sin haber ganado nada.
Porque así se valorará esta Copa América, sabiendo que ese segundo puesto en Brasil 2014 es una herida que no cerrará nunca, pero un título en Chile tendrá el significado de haber puesto a la Argentina en lo más alto de un podio continental después de 22 años (Ecuador 1993).
Ganó Argentina las últimas cuatro Copa América que jugó en Chile (1941, 1945, 1955 y 1991), pero fue eliminado en cuartos de final en 2011 como local, cuando Uruguay, el que más títulos posee en esta competencia (15 contra 14 del representativo nacional), primero lo dejó afuera en cuartos de final y después se consagró superando en la final al Paraguay de Martino.
Justamente Paraguay, ahora con otro argentino como Ramón Díaz, y el propio Uruguay, serán los dos primeros rivales de los argentinos en el grupo B (el tercero será Jamaica). Por eso el 5 a 0 de anoche no significó mucho más que el último ensayo antes de salir a escena para representar una obra que espera bajar el telón el 4 de julio próximo con todos los aplausos y el mayor de los éxitos.
Fuente: Télam
