Por tal motivo, las zonas aledañas al escenario se poblaron desde temprano por simpatizantes que no solo alentaron al seleccionado cuando pasó en el ómnibus para realizar su último entrenamiento, sino que también aprovecharon para tratar de comprar entradas.
"Es ahora o nunca, porque siguen y siguen llegando argentinos. Está muy difícil, hay algunos pero piden más de 1.000 dólares. Sabemos que en Río y Belo Horizonte se pagaron menos. Veremos, pero hoy lo tenemos que solucionar", manifestó a Télam Diego Fernández, de 35 años y empleado de una consultora.
En el debut de Argentina en Río de Janeiro ante Bosnia las entradas se pagaron en la reventa entre 800 y 1.200 dólares, según la ubicación, mientras que en Belo Horizonte frente a Irán, se consiguieron un poco más baratas entre 600 y 800 de la moneda norteamericana, o mismo entre 1.200 y 1.600 reales.
En cambio, en Porto Alegre se espera una afluencia récord de argentinos para la última cita de la fase de grupos, por lo que se estima que los valores estarán más altos por la demanda.
"Acabamos de comprar tres entradas a 3.500 dólares. Ya sé que es un dineral pero sabíamos que nos iba a salir eso. Es la única vez que vamos a poder ver a Argentina en un Mundial. Vinimos en auto y conseguimos un hotel barato. El jueves nos volvemos", contó Matías Garbini, dentista de 39 años de Caballito.
Porto Alegre se vistió de ´celeste y blanco´ con fanáticos que desean ver al seleccionado, ya clasificado a octavos, en el compromiso ante Nigeria. Sin embargo, al estadio Beira-Rio solo podrán ingresar, como mucho, menos de la mitad de los 100.000 argentinos que se esperan que lleguen en las próximas horas.
Fuente: Télam
