Sheene, que emigró a Australia tras concluir su carrera deportiva, falleció en un hospital de la ciudad de Gold Coast menos de un año después de que le diagnosticaron un cáncer de garganta.
Pero su mito se amplió con dos espectaculares accidentes: en el circuito estadounidense de Daytona en 1973 sufrió un reventón cuando circulaba a 270 kilómetros por hora y se quemó toda la espalda al resbalar por el asfalto.
Y en 1982, en el Gran Premio de Gran Bretaña, sufrió tantas fracturas que los médicos tuvieron que implantarle 27 piezas de metal para mantener las piernas en su sitio. (Télam-SNI)