En el mejor año de su carrera, Vilas llegaba a Forest Hills, que en aquella época se jugaba sobre arcilla, como uno de los favoritos, con el antecedente de haber ganado Roland Garros, aunque el gran candidato era precisamente Connors.
Junto a su inseparable entrenador, luego amigo, el rumano Ion Tiriac, ´Willy´ se preparó intensamente y como no podía ser de otra manera llegó al abierto francés con un estado físico increíble. (Télam)