Bianchi había decidido dejar su cargo en una reunión realizada entre los máximos dirigentes de la institución en la madrugada del domingo pasado, en Mendoza, donde se iba a jugar la revancha del Superclásico.
El domingo al mediodía se había anunciado por varios medios la decisión tomada por el entrenador, quien no se sentía cómodo ante las presiones de ciertos dirigentes que le insistían para que sea él quien suceda a Basile en lugar de Abel Alves, quien horas después sería confirmado en el cargo hasta junio.
En la semana, Bianchi se despidió de los hinchas xeneizes anunciando un eventual regreso, aunque condicionado a la presencia de aquellos "que tiran para adelante" en detrimento de "los que tiran para atrás".
La llegada de Bianchi al puesto de manager había generado polémicas en el club, sobre todo desde aquellos directivos que sentían que con su presencia perdían fuerza en las decisiones futbolísticas.
Boca vive en estos momentos una etapa de transición que es comandada, en el plano futbolístico, por Alves, a quien a pesar de dirigir al equipo se le está buscando sucesor para cuando termine este Clausura.
Durante estos días, cuenta el diario Olé, Bianchi trabajó normalmente, siguiendo las alternativas de las posibles incorporaciones.
"Pretende un club más ordenado a nivel político, sin tantos roces internos ni diferencias en la Comisión Directiva", agrega el matutino.
Fuente: Infobae.com