Las condiciones con las que llegó su adversario, como el pésimo promedio que acumula y los escasos recursos económicos, hacían suponer una cómoda victoria del "Rojo", que llegó a éste compromiso luego de seis cotejos sin alegrías.
El panorama favorable le generó una presión extra a la entidad de Avellaneda, dado que en el inicio del duelo el que tomó las iniciativas fue el combinado de Jorge San Esteban. A través de las pelotas paradas ejecutadas por Raverta, la visita creó las primeras ocasiones para romper el cero.
Sin embargo, la acción más clara llegó después de un tiro de esquina, en el que Federico Mancuello buscó la cabeza de Cristian Tula, para que éste exija a Gastón Sessa. El experimentado arquero se estiró y con la punta de sus dedos logró desviar un balón que tenía destino de red.
En el complemento el "Diablo" se despertó y volvió a la cancha con una actitud más agresiva. Un desborde de Lucas Villalba y un cabezazo de Facundo Parra representaron una interesante amenaza. Peligro que aumentó a partir de las intervenciones de Matías Pisano. El ex Chacarita tomó mayor protagonismo y en una asistencia en profundidad dejó mano a mano a la figura más destacada de la noche, pero Mancuello no logró definir ante la veloz salida del "Gato".
En el cierre del duelo, los de Avellaneda hicieron todo lo posible para anotar, pero sus intentos se murieron en los guantes de Sessa. Ni siquiera el tiro del final del "Pocho" Insúa obtuvo el resultado deseado. La preocupación de Omar De Felippe cada vez es más notoria, dado que ya son siete los partidos que lleva Independiente sin ganar, y su producción no fue la esperada ante el peor equipo de la categoría. Los de Berisso ahogaron una fiesta que nunca llegó a establecerse.
Fuente: infobae.com