El equipo de montañistas fue liderado por el tibetano Nima Ciren, el director de la escuela de montañistas en Lhasa. En el grupo había otros siete tibetanos.
A causa de las condiciones adversas, el fuego olímpico fue llevado a la montaña en una farola. Las antorchas especiales, que mantienen vivo el fuego incluso con fuertes vientos y poco oxígeno, fueron encendidas poco antes de la cumbre y se utilizó un combustible potente como el que se usa para los cohetes.
El momento del ascenso fue mantenido en secreto hasta último momento para evitar interferencias. Tibetanos en el exilio habían criticado fuertemente la iniciativa.
Desde su punto de vista, el gobierno chino quiere demostrar con el ascenso de la antorcha olímpica al Everest y a través del Tíbet su poderío sobre la región.(Telam)