Buenos Aires, agosto 23 (Télam, por Walter Vargas).- Instalada como una cruda alegoría de acciones y discursos más decisivos para la marcha del país, la intelligenzia futbolera ha terminado por consolidar una suerte de aristocracia ocular que consiste en ver y analizar los hechos sólo desde el punto de vista de los más poderosos.
Esta operación, fácilmente advertible sin necesidad de demonizar ni canonizar a nadie, se revela con meridiana transparencia en el modo con que los medios de comunicación, por lo menos en su inmensa mayoría, se posicionan ante la racha de lesionados que está padeciendo River. (Télam)