Y aunque esas distancias duelan en el alma de un pueblo con profundas raíces futboleras, que los poderosos reciban además algunas ´ayudas´ para avasallar a los más débiles puede derivar en conductas realmente mucho más irritantes y peligrosas de cara al futuro.
Lo hecho por Claudio Martín el viernes por la noche al permitirle a algunos jugadores del ´puntero´ Independiente golpear a mansalva a sus colegas del por primera vez ascendido Arsenal (especialmente al ´ejemplar´ capitán Gabriel Milito), fue de por sí vergonzoso.