La AFA dispuso un incremento de 66% en las entradas más baratas, que pasarán de valer $ 30 a 50. Así, ir a ver fútbol será más caro que concurrir al teatro Colón, donde la localidad más barata cuesta $ 40. En ambos casos, las ubicaciones están lejos del campo de juego o del escenario.
El golpe al bolsillo también alcanza a las plateas, que incrementarán su precio de $ 50 a 90 y las más caras superarán los $ 200. Y ni qué hablar, por ejemplo, cuánto saldrán las ubicaciones para el Boca-River del 7 de noviembre.
Esto se suma al aumento que han dispuesto, por ejemplo, casi todos los clubes grandes a excepción de Racing en lo que a su cuota social respecta.
Dos personas que quieran ir a ver un partido, comer algún choripán y tomarse una gaseosa, tendrían que calcular que la salida le costaría $ 150 como mínimo.
Fuente:26noticias