El plantel que conduce Dunga arribó en silencio y en medio de un gran caos.
Cuando los dirigidos por Dunga salieron de la zona de desembarque para subir al bus que los llevaría al Hotel Sheraton, se produjo una gran batahola producto de la gran cantidad de medios de prensa que aguardaban a los jugadores, infornò el diario "La Tercera".
Entre periodistas, camarógrafos, carabineros y la seguridad de mismo equipo, el plantel brasileño se tuvo que haber espacio para llegar al transporte que los espera a la salida de la terminal aérea. Una vez todo arriba, el bus enfiló rumbo al hotel, agregó el medio chileno.
En tanto, unos pocos hinchas fueron hasta el aeropuerto de Río de Janeiro, para desearle suerte a la selección, que ocupa el quinto lugar en la clasificación, y de sufrir una derrota en Santiago, dependiendo además de otros resultados, podrá caer a una complicada séptima colocación.
Además de la presión de tener que ganar "sí o sí" para poder escalar a los cuatro primeros lugares de la tabla, que clasifican sin necesidad de ir al repechaje, el técnico Dunga viaja con el peso de saber que, una derrota ante los chilenos puede decretar el fin de su comando al frente de la selección..
Un solitario "¡Vamos, Dunga!" resonó entre la falta de aliento de los presentes, que a diferencia de lo que ocurrió en otras ocasiones, cuando el público acudió masiva y efusivamente a depedirse de la selección, se limitaron a intentar acercarse al astro Ronaldinho Gaúcho para sacarse fotos con él, a lo que el jugador del Milan no accedió. (Telam)