Desde muy temprano un grupo de argentinos se junto en los alrededores del estadio, pero pasaron desapercibidos, porque los chinos adoptaron los mismos colores que ellos.
La presencia de Messi, más la de Riquelme o la de Sergio Agüero ayudó a que los locales se pusieran del lado argentino. Además, habrá que ver cuando será la próxima que tengan de ver tan de cerca de tamañas figuras del fútbol mundial.
Está claro que en China todavía de fútbol no entienden demasiado, si lo llegaran a entender y a jugar en serio sería una temible potencia, teniendo en cuenta que en su tierra habitan más de mil trescientos millones de personas.(Telam)