Los primeros tres tuvieron actuaciones interesantes a lo largo de todos los encuentros. En orden de performance hay que arrancar con el buen nivel que mostró el ex volante de Vélez. Supo convertirse en el 5 que todo Boca necesitaba. Con su garra en el medio, despliegue, desdoble y accionar en ataque, hizo lo que tenía que hacer y sin brillar, pero siendo útil al entrenador, fue clave para hacer del medio de Falcioni, el mejor de todos los que se vieron en el Apertura.
Siguiendo por esa vía, y un escalón por debajo, estuvo Erviti. La gran figura en el campeonato de Banfield, y jugador insignia de Falcioni, no logró hacer pie en sus primeros seis meses con la camiseta “xeneize”. Pero dio vuelta la historia. En el Apertura mostró lo mejor que se le pudo ver con Boca. Cumplió con la dura tarea de hacer de doble cinco y de poder combinar juego en ataque con despliegue en defensa. Así fue un eje clave para darle la pelota limpia a los delanteros y para acompañar a Somoza en el círculo central.
El “Burrito” Rivero fue de esos jugadores que enamoran a la hincha de Boca. Su fuerza para moverse por ambos andariveles y darle al equipo lo que necesitaba lo convirtieron en uno de los preferidos de la tribuna. Sufrió una lesión que lo dejó algunos partidos fuera, pero regresó y volvió a ser el titular y el que más desgaste e ida y vuelta aportaba al mediocampo “xeneize”.
Por último, un futbolista se destacó por sobre estos tres. Por fútbol, por desfachatez y porque confirmó todo lo bueno que siempre se dijo de él: Chávez. Con goles y grandes actuaciones, supo ganarse un lugar en el equipo y ser el reemplazante fiel de Riquelme en los tantos partidos en los que el capitán no pudo estar. Para destacar hay dos actuaciones suyas. Primero su labor en Santa Fe, ante Colón, fue clave para la gran victoria de Boca; y segundo, su gol en la paliza como local ante Rafaela, ese partido donde el equipo se encaminó hacia un título casi seguro.
Estos cuatro jugadores, en su medida cada uno, supo aportar lo suyo para el título de Boca. Se convirtieron en futbolistas de rol, de esos que están para ayudar donde puedan. Su sacrificio tuvo un gran premio: una estrella más para la camiseta “xeneize”.
Fuente: 26noticias.com.ar
