A lo largo del encuentro, se vio un equipo desorientado, que falló en todas sus líneas. Defensivamente volvió a mostrar muchas dudas y le llegaron mucho por los laterales, principalmente por el costado de Marcos Rojo. Tal es así que, de no ser por las buenas respuestas de Sergio Romero, el equipo de Sabella pudo haberse ido al descanso abajo en el marcador.
En el aspecto ofensivo tampoco hay demasiadas virtudes para destacar. A los mediocampistas les costó mucho generar juego y conectarse con los delanteros, así como a estos últimos se le dificultó para romper la barrera defensiva y, cuando al fin consiguieron hacerlo, fallaron en la definición, como ocurrió en más de una oportunidad de Gonzalo Higuaín o con Sergio Agüero, en el complemento.
El entrenador del conjunto Nacional buscó darle aire al equipo con los cambios de Lucas Biglia por Fernando Gago, Rodrigo Palacio por Sergio Agüero y, más tarde, de Ezequiel Lavezzi por el Pipita Higuaín, algo que de a momentos consiguió, pero en jugadas aisladas. Las situaciones más claras volvieron a surgir de los pies de Messi y, justamente, de una guapeada suya pudo haber llegado el tanto del triunfo, pero el arquero Tatarusanu reaccionó estupendo ante la definición del Pocho, tras una serie de rebotes.
Fue empate sin goles entre Rumania y Argentina. Hay mucho aún por trabajar para Alejandro Sabella y sus colaboradores. A+un quedan dos amistosos antes del Mundial, para seguir limando detalles y llegar de la mejor forma. Hoy, la Selección quedó en deuda.
Fuente: tn.com.ar
