Avisó que cuenta con varias ofertas para dirigir, pero que hoy su intención pasa por un solo lado: "Me muero por ser el técnico de Boca, pero primero hay muchas cosas que hablar con varias personas", expresó en una entrevista con la revista Gente.
Una de esas personas es Juan Román Riquelme, el enganche "xeneize", enemistado con Diego por una causa nunca esclarecida cuando eran jugador y técnico de la Selección, respectivamente.
"Me tengo que juntar con él, hablar y listo. Sería un tarado si no quisiera tener a Román en mi equipo. Pero no quiero presionarlo y que se termine yendo de Boca por mi culpa. Nunca tuve una charla con él y por eso nunca entendí qué le pasó. Me renunció de un momento a otro, nunca supe qué pasó en el medio, ni entendí eso de los códigos de lo que tanto habló", aseguró.
Respecto de Boca, Maradona también habló del actual momento que atraviesa el club: "El técnico que venga tiene que hacer entender al jugador que hay que matarse por esta camiseta. Pero, lamentablemente, en este equipo muchos sacan la patita".
Y justamente sobre el próximo técnico del club, cuyo principal candidato a cubrir el puesto es Julio César Falcioni, Diego tiró: "Si vamos a buscar un arquero de técnico es que no aprendimos nada de todo lo malo que nos pasó desde que se fue Macri".
La Selección, una espina clavada en su alma
Su paso por el equipo nacional fue, es y será un karma en la vida del futbolista más importante que parió la Argentina y, tal vez, el mundo.
Toda la ilusión que en derredor suyo había se quebró tras el 4-0 con Alemania en el Mundial, pero Diego le adjudica gran parte de su fracaso a Julio Grondona, presidente de la AFA.
"Me vine a Londres a pasar mi cumpleaños porque en mi país me sacaron hasta las ganas de soplar las velitas. Tenía toda la fiesta preparada y un viejo malo vino, entró por la ventana y se llevó los sándwiches, la torta y los regalos", graficó en referencia a Grondona.
Dijo que, tras la eliminación en cuartos de final del Mundial, todos querían que siguiera, si hasta contó que Néstor Kirchner lo llamó para expresarle su apoyo, pero "desde que volví de Sudáfrica hablé una sola vez con él y me ofreció contrato hasta octubre, ni siquiera me aseguraba la continuidad para dirigir la Copa América", manifestó.
Explicó que la instigadora de su final de etapa como técnico de la Argentina, fue "la hija de Grondona y un entorno perverso": "Ella se peleó a muerte con Ruggeri, tanto que se animó a decir que lo quería ver muerto. Y le dijo al padre que si yo seguía, el ´Cabezón´ iba a estar conmigo, tarde o temprano. Y ellos, todos los Grondona, piensan que son los dueños de la Selección y del fútbol argentino", finalizó, a pura polémica. Al estilo Maradona.
Fuente: infobae.com