Muy diferente fue el camino por el que Ferrer alcanzó por segundo año consecutivo la final del Conde de Godó, ya que el local batalló durante dos horas y 13 minutos ante el chileno Fernando González, hasta que logró imponerse por 2-6, 6-2 y 7-6 (7-5).
Ferrer llega así a la final tras haber sufrido frente a uno de los mejores tenistas sudamericanos del momento, mientras Nadal llega pletórico tras haber mostrado una increíble solidez en su juego. Por lo tanto, nada hace pensar que Nadal, quien la semana pasada hizo historia al conseguir su quinto trofeo consecutivo en Montecarlo, dejará escapar la oportunidad de repetir igual hazaña en Barcelona, donde se consagró en 2005, 2006, 2007 y 2008.
Al igual que hace un año, Nadal tendrá enfrente a su amigo David Ferrer (13), al que entonces venció por 6-1, 4-6 y 6-1. En los duelos personales entre ambos, Nadal lleva una ventaja de 6 a 3, con una clara hegemonía del mallorquín en los duelos disputados sobre polvo de ladrillo.
Ferrer le ganó a Nadal una sola vez hace cinco años en esta superficie, en la que el número uno es prácticamente imbatible. Ante este panorama, Ferrer, quien ha decaído en su nivel, reconoció que sería "una sorpresa" ganarle a Nadal, aunque cuando se entra a la pista a jugar todos quieren ganar.
Por su parte, el mallorquín, de 22 años, dijo que está "en el mejor momento de su carrera". La hegemonía del español es innegable. Nadal tiene un récord de 81 victorias consecutivas sobre polvo de ladrillo, superficie en la que no pierde desde mayo de 2008, cuando cayó en Roma. ( Telam)