En Lanús, la duda del director técnico pasa sólo por elegir el módulo de ataque: si es más ofensivo, Lagos irá de arranque con Sand en la delantera y Salvio pasará a volantear; si decide buscar tener la pelota y no ir tan arriba, el elegido en el lugar de Lagos será Valeri y así ganará más fútbol en el medio y Salvio acompañará a Sand. Y justamente para Sand no será un partido más porque el correntino es duramente castigado por los hinchas de River cada vez que juega en contra del equipo que lo hizo debutar en Primera y que lo tuvo en todas sus divisiones inferiores (allí marcó 138 goles).
El marco del estadio será el de los últimos tiempos: un Monumental bien completo estará esperando por un triunfo de River que logre dejarlo con vida en este torneo que es lo único que le queda en el semestre al local. En su casa River está invicto en el año (ganó seis y empató tres partidos) y no pierde ante Lanús desde el Apertura 2002. Un buen dato en la previa para creer que descontarle a los de arriba, con el plus de que Lanús es rival directo, no es una utopía. Ni desde la matemática ni desde la realidad de su juego, aunque cueste creerlo. (ClarÍn)