Buenos Aires, 16 de marzo (Télam).- El triunfo por 1 a 0 que obtuvo River Plate sobre Estudiantes de La Plata fue una clara muestra del peso que tiene para algunos entrenadores la grandeza de su rival y el temor propio, como ocurre con Oscar Malbernat, quien por no animarse a buscar un mejor resultado en el estadio Monumental ante un ´millonario´ desvaído, se terminó quedando sin nada.
El primer tiempo tuvo un desarrollo discreto, ya que el juego que propone Malbernat obviamente discrepa con cualquier pretensiónde belleza para el espectáculo.
Y como lo de River careció de luces para desequilibrar más allá de la posesión del balón, todo se volvió intrascendente y sin emociones. (Télam)