"El 18 de enero de 2004 gané en motos y diez años después vuelvo a ganar en autos. Es un sueño hecho realidad. En estos momentos pienso mucho en mi copiloto Henri Magne, que perdió la vida en un accidente. Estoy seguro que me ha ayudado desde dónde esté", dijo emocionado.
Oriundo de Folgueroles (Cataluña), Roma intentó primero por el fútbol, pero se decantó por las carreras y en 1991 ya ganó el Campeonato de España de Enduro Júnior de 125cc. Dos años después se hacía con el título Europeo Senior y su estilo agresivo de conducir lo terminó llevando, casi naturalmente, a incursionar en los raids africanos.
En 1996, en su primer Dakar, obtuvo dos impresionantes victorias de etapa para un debutante, aunque nunca dejó el resto de las competencias nacionales e internacionales de enduro. En el Dakar de 1998, Roma marchaba líder de la general cuando debió abandonar. En esos tiempos, hizo podio en los raids de Egipto y Dubai, y consiguió triunfos en las Baja de España e Italia.
El mundo Dakar terminó reconociendo a Nani Roma en el Dakar 2000, cuando quedó 17º en la general, pero el propio director del rally, Hubert Auriol, lo declaró campeón moral porque había ganado cuatro etapas y faltando dos rompió el motor de su moto después de atravesar todo África. Pasó una noche entera en el desierto esperando el camión de asistencia. Ya nacía una generación de triunfadores españoles que sumaría a Marc Coma.
En los Dakar 2001, 2002 y 2003, Roma fue de caída en caída. Ese título se le escapaba, pero conquistaba el Rally de Túnez 2002. Hasta 2004, con 26 años, cuando rompió el maleficio, se consagró por primera vez campeón en motos y le dio el primer título a KTM. Entonces, sin dudarlo, con su metro noventa de estatura, decidió saltar a los autos, al volante de un Mitsubishi en 2005.
Nani Roma debutó como piloto oficial de la marca japonesa, ganadora consecutiva de los anteriores nueve Dakar, formando equipo con Stephane Peterhansel, su gran rival dentro del equipo X-Raid MINI y sombra de este Dakar Argentina-Bolivia-Chile.
En 2006, el catalán llegó tercero. Y en 2009, cuando el Dakar desembarcó en Sudamérica, Nani fue el único piloto de Mitshubishi que terminó el rally en Buenos Aires, en el décimo puesto de la general.
En los Dakar 2010 y 2011 tuvo poca suerte y abandonó, el primero con un BMW y el segundo con un Nissan Navara. Hasta que en 2012 pasó a conducir un MINI All4 Racing, del equipo X-Raid, y quedó segundo, y en 2013 repitió para terminar cuarto, siempre con Michel Perin como navegante.
Antes de este Dakar 2014, Nani daba rienda suelta a su ilusión sin disimularlo: "Ganamos todas las carreras en las que participamos y eso nos permite llegar al Dakar con cierta tranquilidad y un buen nivel de confianza. Por supuesto aspiro a la victoria. Los argumentos son claros: el auto es bueno. Y también formamos un muy, pero muy buen equipo con Michel Périn y llegamos con total confianza". Y no se equivocaba.
Fuente: Télam
