Se da por descontado, con un apreciable margen de adhesión, que un equipo ofensivo es aquel que se propone jugar la mayor parte del tiempo en campo contrario y que, en consonancia, dispone de un generoso número de jugadores abocados a esa tarea.
Un tercer elemento, si no decisivo al menos significativo, es el abanico de variantes capaces de garantizar un equis grado de contundencia, puesto que, tratándose de un deporte cuyo resultado final se establece por cantidad de goles marcados, los niveles de ejecución no son ya ponderables, sino más bien imprescindibles. (Télam)