“Apenas puede caminar, no tiene que jugar”, sostendrán otros, seguramente la gran minoría, en contra de la presencia del enganche. “Se podría agravar aún más la lesión y el campeonato ya está ganado”, agregarán cruzando los dedos para que, a uno de los máximos ídolos de Boca, ese pequeño gusto que se quiere dar Julio Falcioni, no le salga caro al crack.
Sin embargo, la primera opción es la más firme y Riquelme jugará frente a Banfield, 49 días después de mantenerse fuera de las canchas, por esa fascitis plantar que lo tiene a maltraer en su pie izquierdo. Con poco rodaje, Román demostró que el dolor persiste, más allá de las infiltraciones para aliviarlo.
Sería un escándalo que Boca pierda el torneo. Riquelme no está bien desde lo físico. Cuando lo estuvo, brilló y colaboró para que Boca se mantenga firme en lo más alto del Apertura, acariciando el título del que él podrá ser partícipe desde adentro estando a menos de la mitad de su ideal. Pero “Riquelme es Riquelme”, se escuchará en La Bombonera que, con el 10 dentro de la cancha, se prepara para una fiesta de gala ante Banfield.
Fuente: playfutbol.infobae.com
