El Fortín le ganó a Chivas, pero solamente 2-0 y no le alcanzó para meterse en los cuartos de final de la Copa Libertadores.
El partido arrancó con todo. Tan solo pasaron tres minutos para que Vélez abriera el marcador y todo el Amalfitani, colmado como estaba, se ilusionara con el milagro. Santiago Silva cabeceó en el área chica y estampó el 1-0.
Con el envión anímico de conseguir el primer objetivo casi desde el vestuario, los de Gareca se le fueron con todo a los mexicanos, que se parecieron mucho al Inter ante el Barcelona, por la Champions: todos atrás a aguantar y ver si, alguna vez en los 90 minutos, tenían la remota chance de cruzar la mitad de cancha.
Igualmente, a pesar de tanta defensa taponeando el fondo, Vélez fue y se las arregló para convertir en figura al arquero Liborio Sánchez.
Además del gol, Silva tuvo un par más: otro cabezazo y un buen remate desde la medialuna que el 1 tiró al córner.
Además, el arquero le contuvo otro remate parecido a López y un gran zapatazo a Somoza. Más tarde, una linda tijera a quemarropa a Otamendi que, para colmo de males, Zapata increíblemente no pudo empujar con el arco a sus pies.
Todo esto en el primer tiempo, sí. Aunque, a dos minutos del descanso, Barovero se lució ante un disparo desde lejos de Orellano.
En el segundo tiempo Vélez siguió y siguió. Entre López y Silva, bien secundados por Maxi Moralez, intentaron todo lo que podían, dejaron todo. Además, para apoyar, estaba el siempre peligroso Burrito Martínez. Pero ni así…
Después, al Enano le tiró la pierna derecha y se fue, pero en su lugar entró el hábil Ricky Álvarez.
El pibe tuvo una muy buena desde más de 40 metros, pero otra vez el arquero Sánchez se lució. Y a los pocos minutos, Somoza tiró el centro, López la bajó con mucha solidaridad y otra vez Álvarez apareció… La pelota se fue muy cerca, demasiado, como para poner a prueba a los corazones que latían en Liniers.
El último intento velezano, con poco más de 10 minutos en el cronómetro, fue el ingreso de Zárate: se les sumó a Silva, López (no hubo una que no ganara de arriba), Martínez, Álvarez, los desbordes de Papa, las corajeadas de Somoza, los gritos desesperados de la gente… Y a los 44 del segundo tiempo, el Roly metió el 2-0 de la ilusión.
Encima, ahí el árbitro adicionó cuatro minutos más, pero que lamentablemente para el Fortín sirvieron para estirar la agonía que ya estaba decretada. A pesar de que, literalmente, el partido terminó adentro del arco de las Chivas.
Fuente: minutouno.com.ar