Catamarca
Jueves 25 de Abril de 2024
Buscar:

Y Meli va

En efecto, salvo que se trate de un penoso caso de espejismo o de involución insospechada, bien puede aventurarse que Meli está llamado a convertirse en un eslabón sustancial en este Boca y, por qué no, en un futuro no tan lejano, en una flor que no desentone en el exigente y vasto jardín de las ligas europeas.

Que se entienda: Meli no es el genio de la lámpara, ni el delantero que hará 50 goles en una temporada, ni el defensor que promoverá reminiscencias del italiano Franco Baresi, pero sí, nada más ni nada menos, que un mediocampista portador de un caudal aeróbico, de un vigor, de una ubicuidad y de un temperamento digno de ser ponderado hoy y pasibles de tentar a imaginarlo en versiones incluso muy superiores.

Pensemos que tras un rápido despuntar en el Club Sport de su Salto natal y de un fugaz paso por el Club Atlético Jorge Griffa de Rosario, a los 20 años ya era titular en Colón de Santa Fe y con 22 recién cumplidos se le presentó el enorme desafío de vestir la camiseta de Boca.

Es decir, una de las camisetas de mayor tradición y exigencia del fútbol mundial, una camiseta, en fin, de las más pesadas, de las que a lo largo de la historia han visto desvanecerse y apagarse a más de cuatro aspirantes a estrellas que terminaron estrelladas.

Y sin embargo, Meli no, con apenas 33 partidos en la primera de Colón se puso a tono con las circunstancias y más temprano que tarde demostró que si no triunfaría en Boca no sería precisamente por retacear entrega, compromiso y sudor, que si no triunfaría en Boca no sería por padecer el típico síndrome de quien abrumado por la responsabilidad ve mellada su autoestima, y mellada su autoestima se pierde en la oscura noche de los complejos sin retorno.

A la hora de ser escritas estas líneas se desconoce si Meli triunfará en Boca, puesto que triunfar, lo que se dice triunfar, demanda una virtuosa regularidad en el alto nivel y un contexto general que a los jugadores aceptables los vuelva buenos, a los buenos muy buenos y a estos fenomenales.

Todo eso está por verse, pero hoy, con los indicadores que Meli deja ver, tenemos a un futbolista que a veces no administra sus energías de forma adecuada, y a veces no elige bien ni las zonas dónde intervenir ni cómo asegurar un buen destino de la pelota, pero que al tiempo da señales claras de mejoría en esos aspectos y de una apreciable consolidación en otros, como la capacidad de quite, la pertinencia en las ayudas indispensables en las transiciones defensivas y la facultad de aportar un espesor emocional contante y sonante, en un equipo, como Boca, que de la intensidad hace una bandera primordial.

Si además de todo eso Meli es capaz de repetir partidos como el que jugó el domingo, progresar en lucidez para asociarse y en sentido de la oportunidad para gravitar en el área adversaria, estaremos en presencia de un mediocampista moderno en su sentido laudatorio, y tan admirable como los muy buenos futbolistas de cualquier época.

Fuente: Télam

(Se ha leido 228 veces.)

Se permite la reproducción de esta noticia, citando la fuente http://www.diarioc.com.ar

Compartir en Facebook

Prensa MTB Catamarca Fotos | Calendario
Sitemap | Cartas al Director | Turismo Catamarca | Contacto | Tel. (03833) 15 697034 | www.diarioc.com.ar 2002-2024