Para no dejar dudas sobre el respaldo alemán a las exigencias de la "troika" de proseguir con las draconianas medidas de reducción del Estado, Schauble desmintió ayer que la UE se prepare para aprobar una nueva reducción de la deuda externa de Grecia.
"No los favorece hablar de una nueva reducción de la deuda. Toda Europa sigue sus esfuerzos y espera que tengan éxito. La confianza es el único presupuesto para volver al desarrollo y es lo que ocurrió hace 10 años cuando Alemania era el gran enfermo de Europa", dijo Schauble para cortar las alas de los rumores sobre la deuda griega.
Por su parte, el representante alemán en el BCE, Joerg Asmussen, reafirmó ayer desde Bruselas los mismos conceptos con los que la "troika" y el propio Schauble han venido insistiendo en los últimos días, es decir, que Grecia seguirá recibiendo asistencia externa en tanto cumpla con la aplicación de los ajustes.
Según los compromisos asumidos por Grecia con la "troika", el 30 de junio pasado venció el plazo establecido por los acreedores para que el país cumpla con los ajustes pactados.
En este cuadro, el Parlamento aprobó el miércoles el despido este año de 4.000 empleados públicos y de otros 11.000 en 2014, así como el pase a disponibilidad de otros 25.000 en el curso de los próximos meses, con un sueldo equivalente al 75% de su salario durante ocho meses.
Estas durísimas medidas, que se suman al cierre el mes pasado de la radio y la televisión estatal, que produjo otros 2.600 despidos, ha colocado en pie de guerra a los dos grandes sindicatos del sector público que realizaron una huelga general con fuerte adhesión el pasado martes.
Políticamente, la aprobación de esta nueva legislación ha desatado serias divergencias entre los parlamentarios de las dos fuerzas que conforman la coalición de gobierno, el partido derechista Nueva Democracia y el socialdemócrata PASOK.
Con el voto de 153 de los 300 legisladores que totaliza el Parlamento griego, el gobierno heleno se ha asegurado que la "troika" de luz verde a la entrega de las ayudas financieras que le permitirán a Grecia cumplir con los pagos de su deuda externa.
De acuerdo con el calendario previsto, Grecia recibirá la semana que viene 2.500 millones de euros de los recursos que centraliza el Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF) y, hasta octubre, se irán desembolsando hasta 6.800 millones de euros por parte de los países de la Eurozona y del FMI.
Estas nuevas pérdidas de puestos de trabajo en el sector público amenazan con elevar a niveles políticamente insostenibles los porcentajes de desempleo en Grecia, mientras se registra un aumento de la desocupación en el sector privado.
Actualmente, la tasa de trabajadores sin colocación ha llegado al 26,9%, según los últimos registros correspondientes al mes de abril, según la información oficial.
La política impulsada por Alemania, el FMI y el BCE, no parece tomar nota de la creciente conflictividad y desintegración del sistema político griego, lo cual está pavimentando el camino para el crecimiento de los extremos representados por Syriza (izquierda radical) y Aurora Dorada (fascismo).
Para el gobierno de Angela Merkel, que debe enfrentar su reválida electoral en septiembre próximo, Grecia debe permanecer en el euro aunque el costo social y político sea tan elevado, aunque los observadores griegos y alemanes desconfían de que esa política siga siendo la misma tras las elecciones en Alemania.
Algunos analistas creen que Merkel podría acceder a discutir una nueva quita de la deuda, a lo cual se oponen sectores de su partido así como el conjunto de la socialdemocracia alemana, mientras otros consideran que la canciller se replantearía la pertenencia de Grecia a la Eurozona, es decir, al euro.
Fuente: Télam