A su vez, según sus estimaciones, Goldman Sachs maneja 5.000 millones, mientras que el JP Morgan -entidad para la que trabajó- administra unos 6.000 millones de dólares de argentinos en el exterior.
"Hay más bancos pero estos son los que tienen el porcentaje más elevado de la torta", declaró Arbizu ante el juez.
El ex ejecutivo dijo haber administrado unos 750 millones de dólares del segmento "ultra altos ingresos".
En la jerga bancaria así es como se denomina a la cuentas con más de 25 millones de dólares líquidos y cuyos propietarios tienen patrimonios superiores a los 100 millones de dólares.
A lo largo de una extensa declaración indagatoria como imputado por el presunto delito de lavado de dinero, el ex ejecutivo mencionó, entre otros, a las empresas Edenor, Nordelta y Petrobras, y al ex diplomático Emilio Cárdenas; a Juan Navarro Castex, titular del grupo Exxel; a Carlos Avila y a Ricardo Aníbal Fort, aseguraron fuentes judiciales relacionadas con la causa.
En su declaración ratificó también que el grupo Clarín estafó a las AFJP por 600 millones de dólares en el año 2007, mediante la maniobra de emitir acciones bancarias para hacerse de dinero en el mercado interno.
También dijo que los miembros del directorio del grupo, entre ellos Ernestina de Noble, tiene cuentas en el extranjero para evadir impuestos locales.
En su extensa declaración, el ex banquero suministró una detallada nomina de operaciones que realizó para sacar dinero de sus clientes y colocarlos en el exterior.
"El 90 por ciento de las cuentas que yo manejé en veinte años, son cuentas no declaradas, en el exterior. Entonces, el contado con líquido es comprar un instrumento de inversión, que tenga cotización tanto en la Argentina como en los EE.UU", detalló el imputado ante el juez Casanello, en una audiencia en la que estuvo acompañado por su patrocinante, Pablo Argibay Molina (hijo).
Arbizu detalló que tuvo un total de 469 empresas asignadas a su cartera de clientes y que él tenía un sueldo promedio de 250 mil dólares al año, con un bonus que podía alcanzar los 4 millones de dólares.
Según Arbizu, era obvio que muchas de las operaciones que llevaban a cabo no estaban autorizadas por el Banco Central, aunque sí las operaciones de la banca privada quedaban registradas en el booking center, "que no es más donde el cliente tiene radicada la cuenta".
Fuente: Télam