La medida se lleva a cabo tras un cambio a la ley, que por primera vez le da a los parlamentarios poderes especiales para examinar las cuentas de la Realeza.
En abril próximo, Isabel II recibirá 36,1 millones de libras esterlinas (56 millones de dólares) de dinero del Tesoro para financiar sus compromisos oficiales, un aumento del 16% comparado con el dinero que recibió el año pasado.
Los auditores examinarán cada uno de los aspectos de los gastos de la Casa Real, incluidos costos por transporte, restauración de palacios, gastos por fiestas y banquetes y otros desembolsos.
Bajo los nuevos poderes, el Comité parlamentario podrá convocar a funcionarios de Palacio para dar evidencia, en caso de dudas por las cuentas reales.
Los parlamentarios tendrán la tarea de determinar si el dinero público que la Casa Real recibe anualmente vale la pena y ayuda a la economía británica.
Varios legisladores sostienen que la Realeza cumple el rol de atraer a cientos de miles de turistas a Gran Bretaña, que llegan al país para visitar alguno de los palacios reales.
Por ejemplo, la boda real entre el príncipe Guillermo y Kate Middleton en 2011 le generó a la economía británica al menos 630 millones de libras (cerca de 978 millones de dólares), al atraer una audiencia global de 2.000 millones de personas.
Si "La Firma", como el rey Jorge VI describió a la Familia Real, fuera una compañía pública limitada, la Reina, como directora ejecutiva, podría cobrar un salario multimillonario. Lo mismo ocurriría con altos miembros de esa "compañía", incluidos el príncipe Felipe de Edimburgo, el príncipe Carlos y su esposa Camilla.
Los analistas de la City financiera Richard Hurford y James Blackshaw sostienen que la Familia Real es un gran bien financiero para Gran Bretaña y sus ingresos deben ser preservados.
Hurford, un ex corredor de Bolsa para el banco Barclays, sostuvo que Isabel II "tendría un valor de al menos 66 millones de dólares al año ella sola, y toda la Familia Real, unos 390 millones", si se tiene en cuenta el dinero que le generan a la economía británica en materia de turismo.
Fuente: Télam