Se realizó luego de una breve reunión que mantuvieron con el presidente Néstor Kirchner y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en la Casa Rosada, y en el marco de las medidas que se viene adoptando para mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores con la intención de que empiecen a sentirse “en el bolsillo” antes de las elecciones de octubre.
De esta manera, la asignación por hijo pasará de 72 a 100 pesos, en la primera escala, de 54 a 75 pesos en el escalón intermedio y de 36 a 50 pesos para los salarios más elevados. En el caso de los hijos discapacitados, el beneficio será de 400, 300 y 200 pesos mensuales, dependiendo del nivel salarial del trabajador.
Por otra parte, se incrementaron los topes de esas tres escalas. La primera pasó de un sueldo bruto máximo de 1.700 a dos mil pesos; en la segunda, el tope pasó de 2.200 a tres mil pesos; y en el escalón más alto saltó de tres mil a cuatro mil pesos.
Así, además del incremento de casi 40 por ciento en cada categoría, algunos empleados tendrán un aumento superior. Se trata de aquellos que cobran entre 1.700 y dos mil pesos, o entre 2.200 y tres mil pesos. Estos pasarán a una escala más baja y por ende cobrarán más. Además, los que tienen sueldos superiores a tres mil y hasta cuatro mil pesos ahora comenzarán a recibir la prestación.
Durante la conferencia de prensa el ministro de Trabajo subrayó que el incremento de las asignaciones familiares beneficiará a “tres millones de trabajadores y a 110 mil jubilados y pensionados con hijos”.
Por su parte, Massa destacó que el 80 por ciento de los trabajadores argentinos cobra asignaciones familiares en forma directa y estimó que significará un monto adicional de 100 millones de pesos mensual, que se financiará con “recursos genuinos del sistema de seguridad social”. Aclaró que los fondos de financiamiento “estarán garantizados para este año y para el próximo”.
Las asignaciones extraordinarias como la de nacimiento, matrimonio o adopción no serán modificadas en esta oportunidad.