En Estados Unidos se habla de una "declaración de independencia energética". El presidente Geoge W. Bush propuso la meta de reducir el 20 por ciento del consumo de naftas, en una década. Para conseguirlo busca estimular el desarrollo de energías alternativas (solar, eólica, y por supuesto los biocombustibles) Como el poderoso Brasil está trabajando hace años en este tipo de desarrollo ambos países decidieron conformar una alianza continental que liderarán, como es de esperar, y de la que participarán otras naciones entre las cuales no figura la Argentina. El equipo que jugará en primera está integrado por Estados Unidos y Brasil (ambos producen casi el 70 por ciento del etanol mundial) junto a Colombia, Perú, El Salvador, Guatemala, Honduras, Haití y República Dominicana. Argentina está en el banco porque los avances en materia de biocombustibles vienen demorados por muchos motivos, entre ellos, que los funcionarios decidieron tomarse su tiempo para aplicar la Ley de Biocombustibles. Así es que por el momento no integra el grupo.
¿Qué hará esta alianza? Básicamente investigar y avanzar en el uso de alternativas al uso del petróleo para no ser tan dependientes -al menos discursivamente y a ojos de sus respectivos ciudadanos- de Venezuela, Irán, Irak y los Emiratos Arabes.
La idea es que puedan "explorar" combustibles alternativos contando con el respaldo económico del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre otras instituciones -por supuesto hay plata de por medio- lo que permitirá financiar experimentos e investigaciones. Según trascendió, quieren darle "estabilidad y seguridad" a los presupuestos de gasto público de los países miembro para que puedan enfrentar las subas de los precios energéticos "sin cortar sus agendas sociales".
¿Y por casa.?
En Argentina están apareciendo algunas buenas noticias que respaldan la producción de biocombustibles. Aunque a nadie escapa que empezamos a transitar un año electoral. Concretamente, esta semana el gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid anunció la decisión política de colocar a su provincia "a la cabeza de la producción de combustibles vegetales como biodiésel y etanol".
Para materializar la propuesta, por un lado se otorgarán incentivos fiscales para quienes apuesten a la actividad; y por otro se creará una secretaría de Energía que se dedicará puntualmente a estrechar vínculos con los actores privados de los sectores de la maquinaria agrícola, biocombustibles, industrias oleaginosas y autopartes. "Hemos tomado la decisión de colocar a la provincia a la cabeza de la producción de los combustibles vegetales como el biodiésel o el etanol. Queremos que Santa Fe se ubique en el centro de la nueva matriz energética del mundo", aseguró el mandatario santafesino.
Los incentivos fiscales comprenderán: la ampliación del plazo de exenciones de promoción industrial de 10 a 15 años; eximición total de ingresos brutos, impuesto a los Sellos e Inmobiliario, patente automotor a vehículos afectados y a la ley 5110 que además quedarán eliminados durante el 2007 y pasará a ser financiada por el estado provincial; subsidios de tasas y el respaldo con obras de infraestructura que permitan el desarrollo de las inversiones.
Según datos de la Secretaría de Agricultura de la Nación, Santa Fe es la segunda productora nacional de cereales, soja, leche, ganado bovino y miel. La producción provincial aporta alrededor del 24por ciento del área sembrada con cereales y oleaginosas del país.(CAMPONOVA)
