El año pasado, la balanza comercial brasileña tuvo 4.500 millones de dólares de déficit y comenzó con resultados negativos hasta febrero, con 6 mil millones de dólares en rojo, pero cerró en primer semestre con un superávit de 2.200 millones de dólares, según reseñó el ministro, entrevistado por la agencia de noticias Brasil 247.
"Usar el canal de las exportaciones en este momento es una solución bastante obvia, porque si tenemos una caída en las ventas domésticas tenemos que buscar otros destinos para nuestros productos", sostuvo y apuntó a "algunas regiones del mundo, que en este momento, tienen economías más dinámicas y con mayor presencia en el comercio internacional".
Al respecto, resaltó el retorno al crecimiento de la economía de Estados Unidos, principal destino de la manufacturas brasileñas y que tiene potencial para un mayor acceso en el corto plazo, así como México, país con el que Brasil acordó ampliar márgenes de preferencias arancelarias y es considerado como un mercado de economía complementaria.
En tanto, en Sudamérica "a pesar de algunas restricciones que nos impone el Mercosur, estamos negociando la anticipación del cronograma de desgravación arancelaria con los países de la cuenca del Pacífico", integrada por Chile, Colombia, México y Perú, detalló.
"Ya tenemos casi arancel cero con Chile y tendremos con Perú y Colombia, resaltando que el mercado colombiano es muy importante para el sector automotor brasileño", completó el ministro y concluyó que la suma del potencial de estos destinos determina que "hay espacio para ampliar el foco de las acciones de la política exterior de Brasil".
Por otra parte, consideró "una ventana de oportunidades" la devaluación de casi 38 por ciento del real en un año, lo que representa "una gran ganancia para las exportaciones brasileñas" cuyo efecto ya se empieza a percibir en la balanza comercial, según aseguró.
En otro orden, Monteiro Neto, quien fuera presidente de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), admitió que "hay inquietud" entre los empresarios brasileño por la reducción generalizada de la actividad del país, pero que el sector reconoce que "no hay otro camino que hacer el ajuste para reequilibrar la economía del país" y, por ende, "lo que se discute son los costos de ese ajuste".
Fuente: Télam