El funcionario recordó que la UE "decidió pasar para enero, sin consultar al Mercosur, el intercambio de ofertas que nosotros ya teníamos preparado para diciembre".
"Lo hizo de una forma no institucional, a través de un anuncio en la reunión de la Organización Mundial del Comercio en Bali, cuando tendrían que haber enviado una nota formal a la presidencia protémpore del Mercosur, que estaba en manos de Venezuela", sostuvo Bianco.
Precisó luego que la demora de la UE obedece a que "no tienen cerrada su oferta, y eso se debe a las fuertes presiones internas que tienen en su sector más sensible, el agrícola, básicamente de parte de Polonia, Irlanda y Francia".
"Ese es, justamente, el sector más competitivo de nuestros países y con el que podríamos incrementar fuertemente nuestras exportaciones y la generación de divisas para poder sostener nuestros procesos de crecimiento", declaró Bianco.
Por otro lado, dijo el funcionario, "la UE sabe, porque esto apareció en 2004 y 2010 y está de nuevo en discusión, que para llegar a un acuerdo el Mercosur requiere lo que se llama técnicamente un ´trato especial y diferenciado´".
"La teoría, la práctica y la experiencia sobre la integración económica internacional muestran que cuando un país en desarrollo hace un acuerdo comercial con uno desarrollado, el que lleva las de ganar, en general, es el desarrollado; salvo que acepte un trato especial y diferenciado que permita converger hacia niveles de desarrollo conjunto", advirtió.
Según Bianco, "la UE tiene que aceptar que nuestros países tengan plazos de desgravación mucho más extensos. Es decir, que tengamos un acceso a sus mercados rápidamente y ellos no tan rápidamente".
"Nosotros tenemos muchas cosas para perder, porque nuestros procesos de industrialización no están del todo consolidados" y por eso "la cobertura de desgravación arancelaria de la UE debe ser mayor a la de los países del Mercosur", consideró.
Bianco sostuvo asimismo que las condiciones para el acceso a mercado de servicios, inversiones y compras públicas tienen que ser "más flexibles para nuestros países que para las empresas europeas en el Mercosur".
Se trata, resumió, de "una serie de premisas que estamos solicitando y que en principio la UE había aceptado tener en cuenta, que van a definir si el acuerdo llega a buen puerto".
"Un acuerdo simétrico, es decir, en las mismas condiciones para la Europa y el Mercosur, no es un acuerdo. No somos países simétricos, sino asimétricos. Si ese trato especial y diferenciado no se asegura en el intercambio de ofertas -evaluó el secretario- es muy difícil llegar a un trato".
Bianco aclaró que "nuestros países no están dispuestos a regalar todo lo que se ha avanzado en los últimos diez años, que es mucho, en términos de reindustrializaición y mejora de las condiciones de vida de la población".
"Un tratado de libre comercio como el que se planteaba con el ALCA (la fallida Alianza de Libre Comercio de las Américas, impulsada por Estados Unidos y rechazada por la región en 2005) no nos asegura mantener esas condiciones", concluyó el funcionario.
Fuente: Télam
