La obra quedó en medio de una fuerte polémica luego de las serias irregularidades cometidas para favorecer a la empresa coreana Hyundai, que había sido desestimada en el primer llamado a licitación pública por presentar documentación falsa.
A esa misma licitación se habían presentado otros cuatro oferentes: General Electric, Cobra (del español Florentino Pérez), la italiana Ansaldo y la argentina Electroingeniería.
La historia de esta polémica comenzó en diciembre de 2011 con el llamado a licitación, continuó en marzo de este año con la recomendación de la Comisión Asesora de Adjudicaciones de la UTE para contratar a la empresa coreana y estalló en mayo, cuando un diputado uruguayo denunció penalmente las irregularidades cometidas durante el proceso licitatorio.
Es que el pliego de condiciones de la licitación "K41713" establecía en su punto 11.5 el siguiente requisito: "El oferente deberá presentar documentación que acredite fehacientemente que ha realizado obras similares en los últimos 10 años indicando ubicación características y entidad de la obra".
La empresa HEC-Hyundai Engineering Co. no presentó las personas de contacto ni los datos para contactarlos, sino que presentó tres certificados (Take Over Certificate) acreditando antecedentes por la construcción de tres centrales con las características exigidas. Dos de ellas en Bangladesh (Haripur y Meghnaghat) y una tercera en Porto Velho, Brasil.
Sin embargo, el diputado Jorge Gandini (Alianza Nacional) descubrió que la empresa que en realidad había construido las tres centrales similares a la de Punta del Tigre no era la misma que se había presentado, sino que se trataba de otra, con nombre similar, Hyundai Engineering & Construction Co. Ltd. (HDEC), pero patrimonio, autoridades, organización, garantías y antecedentes totalmente distintos.
Si bien ambas empresas pertenecen al mismo holding coreano, por razones que se desconocen, la que se presentó a la licitación original no reunía las condiciones obligatorias exigidas por el pliego.
Frente a este escándalo, la Comisión Asesora decidió dar marcha atrás, anular la licitación y lanzar un Indice Comparativo de Ofertas (ICO) que dio como resultado la preadjudicación de la obra a la única empresa que finalmente cumplía con todos los requisitos dispuestos en el pliego: la argentina Electroingeniería.
Esta decisión no cayó bien en algunos sectores empresarios del país hermano, y hasta repercutió en la interna política del oficialista Frente Amplio, donde es conocida la hostilidad del sector más "moderado" del partido gobernante hacia las políticas de integración regional.
En medio de una campaña de descalificación hacia Electroingeniería llevada a cabo por la mayoría de los medios de comunicación uruguayos, la Comisión Asesora volvió a reunirse e inesperadamente despojó a la empresa argentina de la preadjudicación, recomendando al directorio de la UTE que se realizara una adjudicación directa a la empresa Hyundai Engineering & Construction Co. Ltd. (HDEC), que se presentó al Índice Comparativo de Precios a pesar de pertenecer al mismo grupo empresario que había protagonizado un papelón en la licitación original.
El 27 de septiembre se concretó el rechazo a la oferta de Electroingeniería porque supuestamente sus antecedentes no respetaban las condiciones del pliego, y el 18 de octubre se adjudicó directamente la obra a Hyundai Engineering & Construction (HDEC) por 529,3 millones de dólares.
Resta ahora conocer cuál será la opinión del Tribunal de Cuentas (el equivalente a la Auditoría General de la Nación en nuestro país).
De no haber ningún cambio, los abogados de la firma argentina anticiparon que acudirán al BID para informar lo que consideran "un proceso licitatorio lleno de irregularidades y arbitrario", para que el organismo encargado de otorgar el crédito necesario para la construcción de la central térmica conozca lo ocurrido en todos estos meses.
Fuente: Télam
