La Asamblea Anual del FMI y el BM, que hoy ingresa en su jornada final en Washington, reflejó avances concretos con el Fondo en relación a la calidad de las estadísticas que deben presentar los países al organismo, al tiempo que se dejaron de escuchar potenciales advertencias sobre sanciones al país, que eran uno de los ejes del relato de los hombres del mercado y del organismo durante los últimos tiempos.
Ahora lo que prima es un "diálogo constructivo", según refirieron funcionarios del Fondo.
El gobierno presentó un acuerdo con 23 provincias -menos la ciudad de Buenos Aires-, que colaborarán con un indicador de carácter nacional y federal.
Además de que Argentina volvió a dejar en claro que tiene muy avanzada la elaboración del indicador, el FMI, por su parte, ratificó que se encuentra en proceso de preparación el informe que será elevado "en noviembre" al directorio del organismo.
De esta forma, los tiempos para el tratamiento del tema se prorrogaron hacia fin de año o el año próximo, lo que da cuenta de que la cuestión argentina atraviesa un mar de mayor calma en la agenda del organismo ante el inminente lanzamiento del IPC Nacional.
Por el lado del Banco Mundial hubo un giro elocuente también. El encuentro del ministro de Economía, Hernán Lorenzino, con el titular del organismo, Jim Yong Kim, coronó un largo camino de negociaciones, que resultaron en una nueva estrategia para el país, con nuevos créditos para inversión en infraestructura, educación, salud y desarrollo rural, por 3.000 millones de dólares hasta 2016.
En esto ayudó el nuevo acuerdo alcanzado con las empresas que tenían laudos en el Ciadi -tribunal administrado por el Banco Mundial-, que normalizaron la deuda por 677 millones de dólares, que no significará un desembolso en efectivo de parte del país, entre otras cuestiones.
Este entendimiento también descomprime las relaciones con Estados Unidos, ya que hasta hace un par de meses determinados legisladores estadounidenses le exigían a Barack Obama que retire el voto a favor del país para otorgar créditos para los organismos por este tema puntual.
También tuvo limitación de Estados Unidos, accionista mayoritario del FMI, para apoyar el envío de un documento "amicus" por parte del organismo a la Corte Suprema en el juicio que enfrenta el país contra los fondos buitre en la primera apelación del país.
En el BID los EEUU también votaron en contra, pero allí la Argentina prevaleció hasta el momento, debido a que son mayoría en el voto los países de la región.
Otro dato que da cuenta del nuevo tiempo fue el seminario de deuda que organizó el FMI en el marco de la asamblea anual, donde los casos de Argentina y Grecia tuvieron un papel protagónico.
Allí se reconoció que el juicio que enfrenta Argentina puede impactar en el resto de los países con crisis de deuda, y advirtieron los serios problemas que pueden acarrear al sistema financiero internacional si prevalece el poder de los fondos buitre.
Incluso se alentó a "cambiar las cláusulas del pari passu" -cláusula de tratamiento igualitario-, de manera que quede bien definida y no le otorgue poder superlativo a los fondos buitre, como sucede con la interpretación del juez Thomas Griesa, avalado por la Cámara de Apelaciones, en el caso argentino.
Hace tan sólo un año, en la Asamblea anual de Tokio del FMI, la Argentina sufría calificativos de "desconfianza", y hasta había sido amenazada por Christine Lagarde con colocarle una "tarjeta roja" como si la relación fuera un partido de fútbol.
"Argentina tiene tres meses para evitar la tarjeta roja", dijo la ex ministra de Finanzas gala. Luego la sanción se convirtió en una "moción de censura" para el país, acusado de no tener estadísticas confiables.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en la Asamblea de las Naciones Unidas de 2012, salió al cruce de lo que la jefa de Estado calificó como "amenazas" contra el país.
Dijo que "la economía de un país no era un partido de fútbol" y desafió a la titular del FMI a que evalúe "el propio desempeño del Fondo en la crisis internacional que comenzó en 2008, y que aún tiene severas secuelas en la crisis de deuda de los países".
Por entonces se encontraba vacante el cargo director del Hemisferio Occidental, tras la salida del chileno Nicolás Eyzaguirre -ante todo un ortodoxo-.
La llegada de Alejandro Werner, nacido en argentina pero criado y nacionalizado en México, renovó el aire de entendimiento con una agenda común, donde el FMI se limita a la asistencia técnica solicitada por el país.
Así lo confirmó Werner ante periodistas argentinos que lo abordaron al final de su conferencia, quien circunscribió los comentarios al asesoramiento por el IPC Nacional, y a la posición del FMI sobre la macroeconomía de los países, sin sorpresas sobre el espectro ideológico de los comentarios.
"El crecimiento en la Argentina se ha recuperado debido a una fuerte cosecha agrícola, pero la actividad continúa contenida por el tipo de cambio y por otros controles administrativos", dijo el Fondo, quien ya no tiene más créditos con el país que impliquen condicionalidades en las políticas económicas, desde hace 8 años, tras la decisión del ex presidente Néstor Kirchner de saldar la totalidad de la deuda existente por entonces con el organismo.
En tanto en el Banco Mundial, se mantuvo demorado durante parte de 2012 y 2013 el envío al directorio de estrategia plurianual de los créditos con él para financiar proyectos clave para el desarrollo del país, la única especie de créditos de la que el gobierno está dispuesto a financiarse con los organismos.
El primer indicio durante Cumbre del FMI del acercamiento con el Banco Mundial provino de un Twitter de Hasan Tuluy, el vicepresidente regional del organismo, quien le deseó a Cristina una pronta recuperación de su salud, el lunes último.
Así las cosas, el gobierno sigue transitando su política de desendeudamiento con grados de libertad nacional en su accionar, pudiendo mantener su objetivo de solicitar financiamiento sólo para créditos de inversión y no para gastos corrientes, pagando deuda con reservas acumuladas, y evitando salir al mercado privado a tasas todavía poco convenientes.
Fuente: Télam
