Las siguientes son las principales diferencias de las medidas adoptadas en ambos países para frenar el drenaje de fondos.
Las medidas en Uruguay:
- Las medidas restrictivas a la operativa financiera alcanzan sólo a la banca pública, por lo que las entidades privadas que estén en condiciones de hacerlo no cambiarán su operativa.
- La reprogramación de depósitos, que sólo opera sobre los plazos fijos de los bancos públicos, tiene definidos sus plazos de devolución de los fondos.
- Los tenedores de depósitos a la vista (cuentas corrientes y cajas de ahorro) de los bancos públicos y de aquellos en los que el Estado participa y entren en proceso de liquidación podrán disponer libremente de su dinero.
- Se respetan las monedas en que fueron pactados los depósitos.
- El Estado no interfiere en los contratos privados y estos sólo pueden cambiar por voluntad de las partes intervinientes.
- El sistema bancario se achicará a corto plazo porque las entidades en las que interviene el Estado con socios privados que no sean capitalizadas deberán cerrar.
Las medidas en Argentina:
- Las restricciones fueron para todos los actores del sistema financiero.
- Cuando fue anunciado el "corralito" argentino no había fechas de devolución de depósitos.
- Las cuentas a la vista estaban incluidas en el "corralito" y sólo podían efectuarse retiros parciales de 500 pesos semanales.
- Cuando se profundizaron las restricciones se pesificó todo el sistema abandonando la convertibilidad que equiparaba el valor del peso al dólar.
- El gobierno argentino cambió los términos de los contratos privados.
- No había casos en los que el Estado compartiese la propiedad con privados de entidades financieras. (Télam)