El Parlamento tiene previsto votar un total de nueve propuestas de ley y enmiendas legislativas, en lo que se ha conocido como el "plan B", con el que se pretende reunir los 5.800 millones de euros que exige la troika a cambio del rescate de 10.000 millones de euros.
La serie de leyes contempla, entre otros, la creación de un Fondo Nacional de Solidaridad, la restricción del movimiento de capitales, la consolidación de las entidades financieras y una amplia reforma del sistema bancario.
Tras el rechazo de Rusia a implicarse en el rescate y las reacciones poco favorables de otros socios europeos, como Alemania, el lenguaje político está cada vez más subido de tono.
La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió hoy a Chipre que las negociaciones de un plan de rescate para la isla están agotando la paciencia de sus socios europeos.
Chipre no debe poner a prueba los límites de la llamada troika, formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), avisó la canciller conservadora en un encuentro extraordinario con la fracción parlamentaria de su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU).
En tanto, Rusia dio hoy por terminadas las negociaciones con Chipre y declaró que las propuestas sobre el gas que trajo a Moscú el ministro de Finanzas chipriota, Mijalis Sarris, no suscitaron interés en la parte rusa.
"Las negociaciones han concluido. Sus propuestas eran crear una compañía estatal para trasferir activos gasísticos con participación de inversores rusos (...). Nuestros inversores no se han interesado", declaró el titular de Finanzas ruso, Antón Siluánov, citado por la agencia Interfax.
"Esperaremos las decisiones de la troika (el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo), y a partir de ellas reaccionaremos, tomaremos decisiones sobre nuestra participación en lo que se refiere a la reestructuración de la deuda", declaró Siluanov.
Fuente: Télam