"La documentación con los resultados de la asesoría estará a disposición de la Comisión, y servirá para proponer eventuales recomendaciones dirigidas a mejorar la eficiencia y la eficacia de los procesos económicos y administrativos"
"Tras un proceso de selección, se ha dado el mandato a un equipo internacional de Ernst & Young de efectuar un trabajo de comprobación y de asesoramiento sobre las actividades de económicas y sobre los procesos de gestión del ente", precisa el comunicado.
Asimismo, señala que "la documentación con los resultados de la asesoría estará a disposición de la Comisión, y servirá para proponer eventuales recomendaciones dirigidas a mejorar la eficiencia y la eficacia de los procesos económicos y administrativos del Governatorato".
El gobierno de la Ciudad del Vaticano estuvo en la mira el año pasado, cuando en enero de 2012 salieron a la luz unas cartas enviadas al entonces papa Benedicto XVI por el nuncio en Estados Unidos y ex secretario general del Governatorato Carlo Maria Viganó en las que denunciaba la presunta "corrupción, prevaricación y mala gestión" en la administración vaticana.
En una de esas misivas, Viganó señalaba que los banqueros que integran el "Comité de finanzas y gestión" del Governatorato y de la Secretaría de Estado se preocupaban más de sus intereses "que de los nuestros" y que a finales de 2009 en una operación financiera "quemaron (perdieron) 2,5 millones de dólares".
Estas cartas se encuentran entre los documentos reservados del papa filtrados a la prensa, que dieron lugar al llamado caso "Vatileaks", recordó la agencia de noticias EFE.
El encargo a Ernst & Young se enmarca en la operación de transparencia promovida por el papa Francisco y, en esta misma línea, el pasado 15 de octubre se anunció una auditoría a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), que se confió a la sociedad Promontory Financial Group.
Este mismo grupo se encarga de las comprobaciones necesarias sobre las cuentas corrientes del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como el Banco del Vaticano.
Fuente: Télam