“Vemos que hay un cambio total en la comunidad, y el que mejor puede cuidar los precios es el ciudadano común”, manifestó el titular del Poder Ejecutivo, quien les sugirió a los tucumanos que dejen de consumir carne vacuna hasta que bajen los precios.
“Conozco gente que vive de un sueldo, que no es de altos recursos, y que con estos aumentos que hubo me dice: ‘hemos decidido con mi familia no comprar carne durante una semana’. Si mucha gente reemplaza la carne de vaca por pollo o chancho y un ciudadano no compra porque le parece caro, seguramente el precio va a bajar”, expresó.
Alperovich opinó que, al margen de todas las medidas que se puedan promover desde el Estado para combatir la especulación, “la mejor política es la que adopta el ciudadano común, de cuidar el bolsillo y los precios. Cuando el carnicero note que deja de vender porque la gente no le compra, en algún momento va a tener que bajar el precio”, argumentó.
Las declaraciones del gobernador surgieron en medio de la puja entre el Gobierno nacional y el sector ganadero para que bajen los precios de la carne, que se encarecieron entre un 20% y un 30% luego de la devaluación registrada en la penúltima semana de enero.
Cortes más caros
“Estaba viendo el precio de la nalga, para milanesas, está en $ 84, me parece una locura, porque es mucho para una familia con seis integrantes; así no hay plata que alcance”, se quejó Liliana tras averiguar precios en una carnicería del Mercado del Norte.
“Subieron mucho, desde enero hasta ahora, más de un 25%. La molida, que antes me salía $ 35 el kilo, ahora está en $ 43. Tratamos de variar el menú, comprando pollo o pescado, porque está cara la carne como para consumirla todos los días”, admite, por su parte, María Helena.
Esos son apenas un par de ejemplos para entender cómo impactó en la economía hogareña el incremento registrado en los principales cortes cárnicos.
Cristina Heredia, encargada de un local del Mercado del Norte, reconoció a LA GACETA que “ha subido aproximadamente un 30% el precio de la carne, en los principales cortes, desde después de la devaluación”.
Como ejemplo, señaló que el kilo de vacío, que antes costaba $ 40, subió a $ 55; la molida pasó de $ 38 a $ 46 y la choquizuela, para milanesas, trepó de $ 48 a $ 57. “La gente sigue comprando, aunque en menor cantidad”, agregó.
A su turno, Daniel Díaz, propietario de otra carnicería que funciona en el Mercado, puntualizó que, desde fines de enero hasta la semana pasada, se produjo un incremento de entre un 20% y un 25%, según los cortes. Ante una consulta, dijo que hoy una familia tipo “necesita más de $ 200 para comer un asado, mientras que hace un mes lo hacía con $ 150”. “El vacío estaba a $ 50 y subió a $ 62 el kilo”, ejemplificó.
De todos modos, manifestó que algunos productos “mantienen precio viejo, como la molida, que continúa a $ 38 el kilo; y otros que subieron menos, como el duro, que estaba a $ 45 y aumentó a $50”. Distinto fue el caso de la cuadrada, “para milanesas o bifes, que subió a $ 70, cuando hace 20 días atrás tenía un valor de $ 58”, indicó.
El empresario admitió que “la gente se queja por los precios, pero igual compra, como sucede con todos los alimentos de consumo diario”.
FUENTE: lagaceta.com.ar